Inaugurado el nuevo vaso de vertedero, con una capacidad para 300.000 m3 de residuos, en Cárcar

Inaugurado el nuevo vaso de vertedero, con una capacidad para 300.000 m3 de residuos, en Cárcar

Las obras, que han contado con una inversión de casi 4 millones de euros, han permitido la construcción de la nueva celda y el cierre del antiguo vertedero

¿A dónde van los residuos que no se pueden recuperar? Al vertedero. A día de hoy todavía es necesario contar con instalaciones de vertido, donde se almacenan los productos residuales no recuperables hasta su completa degradación natural. Tras un año de obras, Mancomunidad de Montejurra inauguró, el pasado 28 de marzo, el nuevo vaso de vertedero de la Planta de Tratamiento de Residuos de Cárcar, que tiene una capacidad para 300.000 m3 de residuos. Simultáneamente, se llevó a cabo la clausura del antiguo vertedero. Ambas intervenciones han contado con una inversión de casi cuatro millones de euros, de los cuales 2 millones han sido sufragados por el Gobierno de Navarra, gracias al Plan de Inversiones Locales.

En un acto institucional celebrado en las propias instalaciones de la Planta, los asistentes conocieron las dimensiones de la obra a través de las explicaciones del presidente de la Mancomunidad de Montejurra, Emilio Cigudosa, y del gerente de la misma, Nicolás Ulibarri. También estuvieron presentes el director general de Administración Local y Despoblación, Jesús Mª Rodríguez, y el director general de Medio Ambiente, Pablo Muñoz.

En cada uno de los discursos se incidió en una necesidad común, la de seguir trabajando para que, en un futuro, este tipo de instalaciones no sean necesarias si se minimiza la generación de residuos y si se consigue que los desechos generados vuelvan, en su totalidad, a su ciclo productivo.

La alcaldesa de Cárcar, Mª Teresa Insausti, también intervino en la presentación y quiso poner en valor el esfuerzo que supone para la localidad de Cárcar el tener que implantar en terrenos comunales esta infraestructura de interés general para Navarra. Y reivindicó, en presencia de los directores generales de Administración Local y Despoblación y de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, “la necesidad de cumplir con la Ley Foral de Residuos, “que contempla el derecho de los municipios que cuentan con este tipo de infraestructuras a ser indemnizados. Tras cinco años, manifiesto mi disgusto por esta falta de desarrollo”, comunicaba Mª Teresa Insausti. También estuvieron presentes representantes de otros Ayuntamiento de Tierra Estella y de diversas mancomunidades de Navarra.

Tras la presentación, los asistentes se desplazaron a pie hasta el nuevo vaso de vertedero.

Recuperación del 60% de los residuos urbanos

En los últimos años, casi el 60% de los residuos urbanos entrantes son recuperados en la Planta de Tratamiento de Residuos de Cárcar. En sus instalaciones se tratan, mediante procesos de reciclaje y compostaje, la mayor parte de los residuos urbanos y algunos de origen industrial, principalmente procedentes de la industria de transformación agroalimentaria de Tierra Estella. Elo centro cuenta con una planta de recuperación de materiales de envases plásticos, de residuos de papel y cartón, vidrio y metales; una línea de selección de productos recuperables y de embalado de residuos de origen industrial; una planta de compostaje y el vertedero de rechazos

Detalle de las obras

1. Clausura de la antigua celda de vertedero
Se cubrió la zona con tierra mineral, una lámina de polietileno que permite impermeabilizar la zona y evitar que las aguas de lluvia puedan penetrar en la celda. La lámina se ha cubierto, a su vez, con un metro de espesor de tierra vegetal e hidrosiembra con especies autóctonas de la zona.

2. Construcción de la nueva celda de vertedero
La nueva celda, que tendrá una vida útil de al menos 10 años hasta su llenado, dispone de una capacidad de 300.000 m³. El vaso de la celda se ha cubierto con una lámina de bentonita y dos de polietileno, de alta densidad, separadas por láminas drenantes y geotextiles que aseguran la impermeabilidad de la instalación. Así, los líquidos lixiviados generados por los residuos y las aguas de lluvia caídas en la celda no penetran en el subsuelo, sino que son recogidas y conducidas, a través de una tubería, hasta las balsas de acumulación, evitando que el suelo y sus aguas se puedan contaminar y preservando así el medio ambiente.

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