El Día del Pastor de Améscoa-Ameskoako Artzai Eguna es una de las citas más esperadas del año en la zona. La presencia de los pastores y elaboradores de la zona –actualmente suman diez- permitió mostrar el producto, reconocer su elaboración artesanal, dar a conocer la cultura pastoril y agradecer su fidelidad a los consumidores de queso de Améscoa. La situación difícil, con ausencia de relevo generacional, ha llevado a un descenso continuado del número de elaboradores en una zona de gran tradición.
La fiesta en Eulate estuvo marcada por la celebración de un mercado de artesanía durante toda la mañana por las calles del municipio. Los visitantes pudieron degustar pinchos de carne de oveja asada y pinchos de queso. También pudieron disfrutar con exhibiciones de esquileo, a cargo de un grupo de hilanderas, de elaboración de queso y con exposiciones de animales, como ovejas latxas, cabras, burros y perros pastor. Asímismo se pudo conocer de cerca los aperos que se utilizan en la labor del pastoreo. Los niños tuvieron hinchables a su disposición y se celebraron sorteos de queso y otros productos locales.
Durante la mañana sonaron las trikitixas y el teatro tuvo su protagonismo. Como novedad, el grupo del valle guionizó historias y anécdotas de pastores extraídas de la memoria inmaterial y que se representaron en diferentes lugares del pueblo donde algunas ocurrieron. A continuación, una comida para cerca de 170 comensales permitió compartir experiencias y hacer valle. El buen ambiente fue el denominador común.
ENTREVISTA
Cristina Ruiz de Larramendi Ruiz de Galarreta. Pastora y elaboradora.
“Tan importante
como ser buen quesero es ser buen pastor”
Cristina Ruiz de Larramendi Ruiz de Galarreta, 48 años y de Eulate, forma un buen equipo con su marido, Ricardo Remiro. Él se encarga sobre todo de las ovejas y ella de la elaboración del queso, un producto premiado en numerosas ferias y concursos, como el World Cheese Award. Presente con su stand en el Día del Pastor, Ruiz de Larramendi ofrece su visión del oficio artesano amenazado por la falta de relevo generacional.
¿Qué momento viven el sector y el oficio?
Pasa por tiempos difíciles, porque no hay relevo. Por otro lado, la materia prima ha subido mucho por los costes del cereal, de la alfalfa, por no hablar del agua, del gasoil, y esto influye muchísimo a los ganaderos y a los pastores.
¿Cómo es el trabajo de pastor y elaborador de quesos? ¿Por qué no hay relevo?
Es un trabajo esclavo porque no libras ningún día. El ordeño se realiza dos veces al día y con la leche se elabora el queso. Esto echa a la gente hacia atrás. El resto del año es más tranquilo, pero a los animales también hay que darles de comer y vigilarlos. Aunque existan pequeñas mejoras técnicas, por ejemplo, ordeñadoras o GPS para saber dónde tienes al ganado y donde ir a recoger a las ovejas, estar presente es insustituible.
¿Qué importancia tiene la labor del pastor en la calidad del queso?
Tan importante como ser buen quesero es ser buen pastor. La materia prima sale de la oveja y hay que cuidar muy bien a los animales para que den buena leche y poder transformarla luego en queso. Lo habitual es el sistema de manejo tradicional, que consiste en aprovechar al máximo los pastos de la sierra, desde mitades de abril hasta final de diciembre en la sierra. Los partos se producen a finales de diciembre y para mitades de enero, ya empiezas con el ordeño, hasta principios de julio. La elaboración de queso es diaria durante este periodo.
¿Cuál es tu función dentro de la quesería? ¿Cómo os repartís el trabajo tu marido y tú?
Ricardo se ocupa más de las ovejas y yo, de la elaboración del queso, pero no son funciones exclusivas.
¿Te gusta tu trabajo?
Me gusta lo que hago. Yo al principio trabajaba en una empresa en Pamplona, llevando la contabilidad, y los primeros años compaginé con la quesería. Luego decidí qué hacer y aposté por seguir en Eulate, con el queso y el ganado, y no me arrepiento. A pesar de que es un trabajo de mucha dedicación, también ofrece flexibilidad. Yo he podido estar más tiempo en casa y criar a los hijos, y esto también lo valoro mucho.
¿Qué le dirías a una persona joven para que se animara a mantener este oficio?
Primero, pediría a la administración que facilitara a los jóvenes instalarse como agricultores y como ganaderos, sobre todo como ganaderos y en el sector alimentario, y que se den ayudas para que la gente viva en un pueblo. Pienso que debería haber alguna bonificación por vivir en un pueblo, por ejemplo, en la renta, porque tenemos menos comodidades y la necesidad de desplazarnos. Yo animo a la gente joven a dedicarse al pastoreo, si le gusta la naturaleza y el entorno rural, a que dé el paso. Además, vivir con los animales es algo muy digno. De unos años a esta parte la profesión de pastor se ha dignificado, antes era más despectivo.
¿Hay cada vez más mujeres?
Igual sí, pero también ocurre que se nos da más visibilidad. Antes, tanto en las ferias como en la titularidad de las explotaciones figuraba el hombre, pero la mujer siempre estaba a su lado, aunque no participaba igual. Yo he tenido varios tíos y tías pastores y ellas han trabajado siempre tanto como ellos. Es ahora cuando se reconoce. Las nuevas generaciones se dan cuenta de que es tan importante la función del pastor como de la pastora y ahora nosotras, a diferencia de tiempos pasados, también cotizamos.