
El objetivo de esta cita era claro y el mismo desde que se realizó la primera vez hace quince años: promover el valle, dar a conocer la cultura y tradición pastoril en la zona y poner en valor los productos locales que conforman la identidad de Améscoa. En esta edición, la organización quiso subrayar especialmente la importancia del consumo de proximidad, destacando el papel de quienes producen y elaboran alimentos en el propio valle, contribuyendo así a mantener viva su economía, su paisaje y su cultura.
Durante toda la mañana protagonizada por el buen tiempo, las calles de Eulate se llenaron de vecinos y de visitantes en el mejor ambiente gracias a todos los actos organizados por la Junta del Monte Limitaciones de las Améscoas y con Ana Zuazola, técnica de Turismo Améscoa, en la parte técnica. Una feria de artesanía permitió a los productores locales mostrar su producto y realizar la venta directa, como desde siempre se ha hecho en el valle.
Productos artesanos
Eulate dio cabida en sus calles y plazas a una auténtica fiesta. Se ofrecieron degustaciones y venta de queso, además de otros productos como mermeladas, cervezas artesanas, aceite y el asado de oveja. No faltaron las exhibiciones de ganado -ovejas latxas, cabras y perros pastores-, ni demostraciones de esquileo, elaboración de queso, curtición de pieles y tejido de lana, a cargo del grupo de hilanderas del valle. La mañana en Eulate fue testigo de todo el proceso de trabajo de la lana. A las seis de la mañana, se esquiló una oveja. Las hilanderas trabajaron esa lana durante todo el proceso hasta terminar con la confección artesanal de un bolso que después se sorteó.
El público pudo atender unas sesiones de micro teatro tituladas ‘Pastoreando historias’, inspiradas en relatos y vivencias reales de pastoras y pastores de Améscoa. Fueron tres escenas que conquistaron al público y, en muchos casos, despertaron el recuerdo de tiempos pasados. La jornada estuvo acompañada por la música de trikitilaris y txalapartaris que amenizaron hasta el momento más emotivo: los homenajes a las pastoras y pastores del valle y el tradicional sorteo de quesos y productos locales.
Comida para 180
Tras una mañana repleta de actividades, la celebración continuó con la comida popular en el frontón a la que asistieron 180 comensales en un momento especial de encuentro. Estuvo animada por música en directo y hubo partidos de pelota locales que cerraron por la tarde la jornada festiva.
Desde la organización, la técnica Ana Zuazola se refería a la celebración del Día del Pastor de 2025 como una jornada “maravillosa” marcada por la alta participación y la asistencia de miles de visitantes. “La gente viene a disfrutar de los talleres, de las actividades y también a comprar producto. Los productores se ponen a la calle y acercan el producto local de Améscoa. Se ven los oficios tradicionales arraigados en el territorio y la gente lo valora un montón”, expresó.
El Día del Pastor de Améscoa se consolida, así, como una oportunidad única para conocer la cultura pastoril del valle, disfrutar de su gastronomía y apoyar un modelo de vida sostenible y cercano que defiende la vida en los pueblos. La organización ha hecho un especial esfuerzo por garantizar que el evento sea sostenible y accesible, reduciendo su impacto ambiental y facilitando la participación de todas las personas.
El evento contó con subvención del Gobierno de Navarra y con la colaboración de más de 40 vecinos y vecinas, asociaciones y entidades locales que, año tras año, hacen posible la celebración que mantiene viva la esencia y la tradición de Améscoa.
Homenaje a Ana Mari Ormazabal y Juan Mari Olazarán
Un momento destacado del programa fue la realización en torno a la una y media de un homenaje a los pastores. En este caso, Estibaliz Erdozia, alcaldesa de Améscoa Baja, entregó a su tía Ana Mari Ormazabal los obsequios que reconocían su trabajo como figura destacada en la historia pastoril de Améscoa. También se homenajeó a su hijo, Juan Mari Olazarán. La tradición familiar se remonta a una cuarta generación, con la incorporación al sector en 2020 de Nerea Olazarán, en Zudaire.
Siete queserías y tres productores de leche en las Améscoas
Los valles de Améscoa albergan actualmente siete queserías repartidas en el territorio: dos en Aranarache, tres en Eulate y dos en Zudaire. A ellas se suman tres productores de leche, o pastores, en las localidades de Zudaire, Artaza y San Martín. Además, son ocho los productores locales amescoanos inscritos en el registro de canales cortos de Navarra, con vistas a que sean más en el futuro.
