
En la lucha contra esta desigualdad y para ayudar a las mujeres a recuperar su vida, se crearon en Navarra los Equipos de Atención Integral a Víctimas de Violencia contra las Mujeres (EAIV), dependientes del Instituto Navarro para la Igualdad INAI y gestionados desde el departamento de Servicios Sociales del Gobierno de Navarra.
En 2010 comenzó a funcionar el Equipo del Área de Estella, que agrupa a diez servicios sociales de la comarca: Allo, Ancín-Améscoa, Ayegui, Estella, Los Arcos, Mendavia, Puente la Reina, San Adrián, Viana y Villatuerta.
En la actualidad, integran el equipo tres profesionales que atienden a las mujeres en cualquier momento de su proceso: en riesgo de violencia, durante la violencia y después. Son, con nombres y apellidos, la trabajadora social y coordinadora del Centro, Mari Recalde García, la educadora social Erika Barral Lucas y la psicóloga Nora Irigalba Díaz. El asesoramiento jurídico corre a cargo del Servicio de Atención a la Mujer del Colegio de Abogados de Estella.
Gratuito y voluntario
Las puertas del centro de atención están abiertas en la calle Sancho El Fuerte, 6-bajo, para todas las mujeres en situación o en riesgo de violencia que requieran información, orientación y atención interdisciplinar -social, psicológica y educativa- por parte del equipo. El personal del EAIV las acompaña y las guía en los diferentes recursos de la red de apoyo y diseña un itinerario de recuperación para cada mujer, individual, adaptado a sus circunstancias.
Explica la coordinadora del EAIV, Mari Recalde, que el servicio es gratuito, voluntario y que no hace falta haber interpuesto una denuncia para solicitarlo. Tampoco es necesaria una orden de protección ni una sentencia y pueden acceder todas las mujeres con independencia de su situación administrativa. Se puede acceder de una manera directa o por derivación, desde los Servicios Sociales de Base, desde los recursos comunitarios -como centros de salud, centros de salud mental, el colegio de abogados, asociaciones o centros educativos- o por derivación desde los juzgados o de los cuerpos de policía.
No hace falta interponer una denuncia para solicitar el servicio. Tampoco tener una orden de protección ni una sentencia
El EAIV del Área de Estella, como el resto de equipos de la red, se dirige a mujeres adultas y menores de edad que han vivido una situación de violencia de género, que la están viviendo o que pueden estar en riesgo de vivirla, a hijos e hijas mayores y menores de edad, a personas allegadas a la mujer víctima y a profesionales.
Primer paso: información y acogida
El proceso de atención a la mujer comienza con la acogida, cuando se realiza la primera entrevista. “Se busca conocer su situación personal, se le informa sobre el equipo y sobre sus funciones y en base a las circunstancias valoramos conjuntamente qué necesita. Puede ser ayuda en materia de educación, de servicios sociales, ayuda psicológica, acompañamiento para interponer una denuncia, acompañamiento en juicios e incluso en la realización de gestiones. Según cada mujer el Plan de Intervención será diferente con el objetivo de ayudarla a salir de su situación y a recuperar su vida”, cuenta Mari Recalde. Cuando la atención es de urgencia o en situación de riesgo, se ponen en marcha recursos de protección y, si es necesario valorar una prestación económica, entonces la mujer es derivada al Servicio Social de Base.
La asistencia incluye también a los hijos de la mujer, tanto menores como mayores a su cargo. “La violencia es un daño a la mujer, pero tiene también consecuencias para los hijos dependiendo de muchas cosas, de los apoyos que puedan tener, del rol que ocupen dentro de la propia familia”, apunta Erika Barral, educadora social. “No es lo mismo un niño que haya estado apoyando a la madre, como protector o defensor, que un niño que se esconde o se aísla. Cada niño vive el maltrato y ocupa una oposición dependiendo de su edad, de su sexo, etc. Suelen venir con sentido de alerta constante, con miedo de que le pase algo a su madre, suelen tener pesadillas, mucha hipervigilancia, algunas veces presentan dificultades en el colegio o, por el contrario, se van al otro lado y son perfectos sin dar ningún problema”, completa Irigalba.
No hace falta interponer una denuncia para solicitar el servicio. Tampoco tener una orden de protección ni una sentencia
Las mujeres en situación de violencia o en riesgo presentan también un patrón común. “Dependiendo del tipo de violencia que estén sufriendo, de los años, de su edad, de su red social y familiar y de su personalidad, las mujeres afrontan su situación de una manera u otra, pero suelen compartir una baja autoestima, miedo, ansiedad, sentimiento de culpa, de vergüenza, estrés traumático y suelen estar solas, sin amistades”, continua la psicóloga, Nora Irigalba.
No hay un perfil que defina a la mujer víctima de violencia de género, esta es una cuestión que la sociedad se pregunta a menudo. Desde el EAIV explican que cualquier mujer es susceptible de sufrir violencia de género en algún momento de su vida, al margen de nacionalidades, niveles de formación, estatus económico o edad. “La violencia de género es estructural a la sociedad, en cómo nos educan. Es necesaria mucha educación en emociones”, asegura Erika Barral.
Un servicio en alza
La demanda de atenciones al Equipo de Atención Integral a Víctimas de Violencia contra las Mujeres (EAIV) ha crecido en los últimos años, aunque las mujeres mayores de 65 años y las adolescentes son los grupos de edad que menos reconocen y abordan el problema o con mayores dificultades para identificarlo. “Muchas mujeres mayores vienen de relaciones muy largas, igual de 40 años, con dependencia económica, con maltrato por parte de una persona de la que hasta son cuidadoras, y no quieren sacar el problema fuera. En el caso de las jóvenes, no identifican la violencia, porque tiene normalizados los celos y el control por parte de su pareja”, añade Barral. Por ello, el equipo EAIV no solo atiende en su sede, también acude a edificios municipales de las diferentes localidades para atender a mujeres que necesiten asesoramiento y/o atención sin necesidad de que se desplacen.
Las profesionales del Equipo de Atención Integral subrayan la importancia de que las mujeres jóvenes establezcan líneas rojas en sus relaciones, vinculadas con los celos, el control de amistades, del móvil o incluso de la manera de vestir. “Pensamos en general que las mujeres jóvenes están muy empoderadas, pero es un espejismo de la sociedad. Preocupa mucho la violencia sexual y la ciber violencia, pero sobre todo su normalización”, añade Nora Irigalba.
Una insuficiente educación emocional, la proyección exterior que exponen las redes sociales, la pervivencia del amor romántico en la ficción y trasladada a la realidad y el mantenimiento de roles tradicionales y de mitos no ayudan a avanzar. “A nivel comunitario hay que seguir concienciando a toda la población”, apunta Barral. “Y todavía hay que eliminar el miedo a llegar a los recursos”, añade Mari Recalde.
175 mujeres atendidas en 2022
El Equipo de Atención Integral a Víctimas de Violencia contra las Mujeres de la zona de Estella atendió en el año completo de 2022 a 175 mujeres y a trece hijos o hijas, derivadas desde los Servicios Sociales o que acudieron de manera directa, principalmente. El número de mujeres derivadas de policías ocupa la tercera posición y la cuarta se produce por derivación desde los juzgados.
Las edades de las mujeres atendidas oscilaban entre los 30 y los 49 años y las de los menores, entre los 7 y los 15 años. El 63% de las personas atendidas había sufrido maltrato físico y psicológico. Un 60% tenían nacionalidad española y un 6,84%, discapacidad.
Información
Cualquier mujer puede acudir voluntariamente al Servicio de Atención Integral de Violencia de Género hacia las Mujeres.
Ubicación en Estella. Calle Sancho El Fuerte, 6-bajo.
Teléfono. 948 553 620.
Correo electrónico: eaivestella@fundaciongizain.es
Horario de atención: De lunes a jueves, de 8 a 19 horas, y viernes, de 8 a 17 horas.
‘El círculo de la violencia’
Las profesionales del EAIV describen el demoninado ‘Círculo de la violencia’ como los ciclos que experimenta una mujer en situación de violencia.
1ª Fase. Maltrato psicológico. Fase de acumulación de estrés como consecuencia del aislamiento y un control por parte del hombre que va creciendo.
2ª Fase. Fase de Explosión. Cuando ocurre el episodio de violencia, física, verbal o económica. En esta fase se produce un punto de inflexión. Generalmente la mujer busca ayuda y se lo cuenta a una amiga o a un pariente. En esta fase el agresor pide perdón y parece que las cosas se arreglan.
3ª Fase. Fase de luna de miel. La mujer vuelve con él. De la explosión se vuelve a la tranquilidad. Se produce cierta calma, pero acaba volviendo la acumulación de tensión y el círculo de violencia sigue girando.
Tipos de violencia
Psicológica.
Si te insulta, grita, ridiculiza, humilla o chantajea. Si te desprecia, también delante de otras personas. Si te recrimina (“es por tu culpa”), te amenaza (incluso con suicidarse) o te retiene documentos. Si te aísla de tu familia, amistades y redes de apoyo. Si limita tus actividades o espacios propios. Para ello, boicotea tus encuentros, te hace rendir cuentas de cada movimiento, te controla a través del móvil y entra a tus redes sociales, o te dice cómo vestir.
Física.
Si te pega, empuja o tira objetos y/o maltrata a tus mascotas.
Económica.
Si impide que dispongas de dinero o no abona la pensión compensatoria o de manutención.
Sexual.
Violación, agresión sexual, abuso sexual, acoso sexual y exhibicionismo. También es una agresión sexual el sexo sin consentimiento o no deseado.
Otras violencias.
Violencia vicaria, ciberviolencia, prostitución, explotación sexual, delito de trata, matrimonio forzado y mutilación genital femenina. Y aquellas otras que limitan la libertad y la dignidad de las mujeres.
ENTREVISTA
MARI RECALDE GARCÍA. COORDINADORA DEL EIAV DE LA ZONA DE ESTELLA.
“A una chica joven le diría que aprenda a poner límites”
Mari Recalde García, trabajadora social, es miembro del EAIV desde 2011. Llegó al servicio un año después de su implantación en Estella para toda la zona y, actualmente, es la coordinadora de un equipo formado por tres profesionales.
¿Cuáles son los signos de alerta que se dan antes de una agresión por violencia de género?
El aislamiento social, el control de las relaciones, el control de las redes sociales y del móvil, el cuestionamiento sobre la ropa, los celos y la anulación en la toma de decisiones son algunos de los signos de alarma que se repiten en los momentos previos.
¿Qué momento actual vive la sociedad, se avanza en cuanto a prevención?
La lucha contra la violencia de género ha ganado visibilidad gracias al movimiento feminista y ha entrado en las agendas políticas de las organizaciones. Además, las campañas que buscan concienciar y promover la igualdad de género han favorecido este proceso. Se está haciendo un trabajo coordinado desde los diferentes departamentos de la administración pública para avanzar en este sentido, implementando programas educativos, campañas de sensibilización y prevención.
¿Se denuncia más que hace dos décadas, por ejemplo?
Sí. Por un lado, tenemos más herramientas jurídicas para poder hacerlo y, por otro lado, la sociedad en general está más concienciada y más sensibilizada con esta problemática que afecta a toda la sociedad. Existen más servicios y recursos que acompañan a las mujeres en todo el proceso tanto jurídico como de recuperación. Hay que destacar, asimismo, la importancia de que los y las profesionales tenga formación en género para que las mujeres se sientan más apoyadas y evitar la revictimización.
¿Qué mensaje darías a una chica adolescente, como nueva generación, para empoderarla y que sepa defenderse ante una situación de vulnerabilidad?
A una chica joven le diría eres valiosa y mereces ser respetada. Aprende a poner límites. Confía en ti misma. Cree en ti. Eres capaz de tomar tus propias decisiones. Quiérete y cuídate. El amor empieza por quererse a una misma. Busca apoyos en amigas y amigos, familiares o profesionales si te sientes en una situación de vulnerabilidad.
Recientemente, Estella ha sido testigo de un caso que podría clasificarse como violencia vicaria, ¿qué es este tipo de violencia?, ¿cómo se puede definir?
Siguiendo a Sonia Vaccaro, cuando hablamos de violencia vicaria estamos haciendo referencia al asesinato o desaparición de niños y niñas como manifestación de violencia extrema hacia la madre en un contexto de violencia de género.
Desde el equipo, compartimos que cuando su única finalidad es hacer el máximo daño a la madre a través de los hijos e hijas, es necesario señalar esta motivación y nombrarla para diferenciar esta violencia de otras.