
Entre el grupo de once estelas, varias son originales y seis, réplicas de cantería. Dos de las auténticas proceden del atrio de la iglesia donde aún se conservan, otras han sido cedidas al concejo por particulares que las encontraron en sus propiedades y el resto se fueron hallando en diferentes términos de Eraul. Algunas estelas, de pasado medieval, datan del siglo XIII al XVI.
El proyecto dio sus primeros pasos hace cuatro años y, finalmente, se inauguraba con la asistencia de numeroso público el sábado 12 de noviembre. El proyecto ha recibido financiación de 25.000 euros procedente de los fondos europeos del programa Leader Plus, gestionado por la Asociación Teder, y con el apoyo de la Institución Príncipe de Viana y de la Asociación Turística Tierras de Iranzu.
Con motivo de la presentación, se organizaron diferentes actos en Eraul. La jornada comenzó con unas charlas para explicar el proyecto expositivo y dos reconocidos expertos en estelas. El investigador Koldo Colmo y el cantero Peio Iraizoz compartieron sus conocimientos sobre las estelas discoideas. Colomo habló de la evolución de este arte y describió el jardín de Eraul como un lugar único en Navarra. Explicó, asimismo, que las estelas están dividas en dos grupos: las que presentan motivos cruciformes y las que poseen motivos geométricos. Estos elementos guardaban la identidad de los difuntos por lo que son piezas muy valiosas con fines funerarios. En muchos casos eran la cabecera de las tumbas medievales.
Peio Iraizoz habló de la similitud de su trabajo con la utilización de las mismas herramientas que se usaban en la Edad Media, como cinceles, macetas, gubias, almádenas, gravinas o trinchetas. También se refirió a la simbología que encierran las estelas y el gran tesoro que representa conservarlas.
La cita continuó a la una de la tarde con una actuación de txalapartas de madera, a cargo de Kimu Txalaparta, y con una degustación de productos locales de Tierras de Iranzu.