El pasado 6 de julio, a las 12 horas, Paula Remírez Ruiz, profesora de la rama de Informática del C.I. Politécnico de Estella, protagonizaba junto a su compañera de la DYA, María Calado, el momento estelar de las fiestas de San Fermín: el chupinazo. Lo hacía en nombre de la DYA, colectivo que celebra su 40 aniversario y del que Paula forma parte a lo largo de todo el año. “Pamplonesas, pamploneses, iruindarrak. ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!”, fueron las palabras con las que esta profesora del centro estellés, cuyo padre es de Arróniz, inició las fiestas más conocidas del mundo.
¿Qué se siente cuando sales al balcón y ves a toda la gente?
Es un subidón, sobre todo cuando empiezas a hablar porque parece que la multitud va a subir al balcón. ¡Es impresionante!
¿Cómo decidisteis quién iba a lanzar el chupinazo?
Fue una decisión interna que se hizo por votación. Había dos candidaturas propuestas por la junta provincial y regional y al final salió más votada la que integraba yo con mi compañera. Además había que cumplir ser mujer, de las más antiguas y con más asistencias realizadas.
¿Te parece bien que se elija por votación popular al protagonista de este momento?
Me parece un auténtico acierto porque se reconoce la labor de los colectivos en la sociedad navarra y, en concreto, en Pamplona. Los ciudadanos han reconocido los 40 años de labor de este colectivo.
¿Te reconocen por la calle?
Los primeros días sí, la gente me paraba y se hacían fotos conmigo.
¿Cómo destacas el trabajo que hace la DYA en estos días?
Creo se hace una labor esencial porque además de atender en los encierros somos punto de información sanitaria de referencia.
¿Cómo estás viviendo estos sanfermines?
Hasta el día 9 tuve todos los días un par de entrevistas. Me encantan estas fiestas de día y como tengo tiempo libre voy a los encierros con la DYA y hago algún servicio de ambulancia. El resto del tiempo lo dedico a los gigantes, a los bailes y a los fuegos.
¿Qué consejo dirías a aquellas personas que vayan a vivir este momento único?
Que lo disfruten, que da igual lo que vayan a decir o el cómo lo vayan a decir. Lo importante es disfrutarlo porque es una vez en la vida.