Con su particular Salón de Arte, el Museo Gustavo de Maeztu, cambia de año. Ofrece una puerta abierta a la pintura y escultura de artistas contemporáneos. Se trata del segundo salón de arte que prepara la pinacoteca, recuperando así una fórmula expositiva ya en desuso pero con mucho que ofrecer.
En el Museo se dan cita los artistas Blanca Gala (Córdoba), Elisa Queralt (Barcelona), Jimeno Mateo (Vitoria-Gasteiz), Adolfo Lahoza (Zaragoza), Ethel Bergman (Suecia), José Fernández Morán (Bilbao), Encarnación Hitos (Granada), Araceli M. Aparicio (Valladolid), José Domínguez (Jaén), Joana Frontera (Palma de Mallorca), Kensuke Shimizu (Japón), Amaya Labiaga (Madrid), Paco Corell (Valencia) y José A. Fondevilla (Pontevedra); diferentes procedencias, no sólo nacionales sino también del extranjero.
En la inauguración de la muestra, la directora del Museo, Camino Paredes, se remontaba al origen de los salones de arte de París y los calificaba como una fórmula muy interesante. “Permite el encuentro de artistas, sin ningún nexo de unión, que convierte en este caso al Museo en un escaparate de lo que se hace actualmente”, explicaba. La muestra, basada en un proyecto expositivo propio del Museo, reúne a catorce artistas con un recorrido artístico “muy solvente”.
La inauguración del viernes 18 atraía hasta la pinacoteca municipal a dos artistas participantes en la muestra colectiva. El pintor de Zaragoza Adolfo Lahoza consideró muy positiva la iniciativa, por la posibilidad de estar en contacto con otros artistas “muy particulares”. Con dos esculturas participaba el pontevedrés José Antonio Fondevilla. Dos cubos que forman parte de una serie de quince, los dos únicos ejemplos escultóricos de la muestra. “Son cubos de 50 centímetros con los que trato de explicar que cualquier espacio se puede llenar con imaginación. El cubo es un espacio vacío que se puede llenar de muchas cosas”, apuntaba.
También entre los invitados se encontraba la escultora navarra, de Tafalla, Asun Requena, a pesar de que no participaba en la muestra con sus obras. Para ella el formato expositivo del salón de arte era muy acertado. “Es una buena iniciativa porque es un formato que no se hace y que sería propio de una ciudad como Madrid, o como París en sus orígenes. También me ha gustado la alta participación de mujeres en la exposición y la presencia de muchas cosas distintas”, destacaba.
El Museo permanece abierto al público de martes a domingo, en horario de 9.30 a 13 horas entre semana y los sábados, domingos y festivos, de 11 a 14 horas. La entrada, como siempre, es gratuita.