No tardaron en llegar las expresiones de apoyo y cercanía hacia la familia el mismo día 7 ante la fachada del ayuntamiento de Estella, donde se convocó una concentración con minuto de silencio apoyada por los miembros de la Corporación municipal, personal administrativo y una nutrida representación de la ciudadanía que quiso dar aliento.
Las muestras de cariño, recuerdo y solidaridad se sucedieron ese día y el siguiente, a puerta cerrada en la ikastola Lizarra, donde el niño cursaba segundo curso de Educación Primaria; en Igúzquiza, y de manera masiva, sobrecogedora, en el funeral que se ofició por su alma el 8 de noviembre en la iglesia parroquial San Juan Bautista, seguida por otra concentración y despedida en la plaza de la Coronación y a lo largo de la calle San Andrés.
El fatídico día 7, el Ayuntamiento de Estella-Lizarra declaró tres días de luto en la ciudad durante los que se suspendieron los actos oficiales y las banderas del balcón consistorial ondearon a media asta en memoria de Mateo.