
“Como no te voy a querer, si me has hecho campeón de copa por primera vez”. Cantando al unísono esta frase, los jugadores salieron al balcón del ayuntamiento. Después, de manera irónica desplegaron desde el balcón numerosos folios unidos y, a través del micrófono, dijeron que no se iban a alargar mucho porque sabían las ganas que tenían que tener todos por empezar las fiestas. Tras la broma, no faltaron los ‘vivas’ al Santo Cristo de las Aguas y a Mª Magdalena. El ‘gora Allo’ y ‘aupa Huracán’ dieron paso al estallido del cohete. Los encargados de prender la mecha fueron Fernando Garraza (presidente), Alfonso Montoya (secretario) y José Mari Lacunza (2º capitán). La txaranga Los Virtuosos animó la plaza y el público tuvo la oportunidad de conseguir balones y pelotas que se lanzaron desde el balcón del ayuntamiento. Tras el lunch tradicional bajo los porches del consistorio, la corporación en cuerpo de Villa se dirigió a la basílica del Santo Cristo de las Aguas, en donde se cantaron tradicionales y solemnes gozos a cargo del coro parroquial. La jornada contó con comida popular, encierro de reses bravas, bingo y música con la orquesta Insignia.
Días festivos para todas las edades
Las Fiestas de Allo, que cuentan con un presupuesto de unos 80.000 euros, contienen jornadas festivas para todas las edades. Si el día del cohete estuvo dirigido a los jóvenes, la siguiente jornada contó con el protagonismo de los jubilados y los niños. La imposición de los pañuelicos a los nuevos gatos y gatas emocionó a los padres y madres que acudieron con sus ‘peques’. Se volvió a repetir el cohete, pero esta vez fue lanzado por los txikis, que después realizaron la ofrenda floral al Santo Cristo de las Aguas. La procesión congregó a numerosos devotos y los jubilados celebraron una comida popular. También hubo concurso de calderetes, encierro, desfile de disfraces y música. El viernes, 23 de agosto, los quintos de 2001 y las mujeres se hicieron con las fiestas. El sábado, los quintos del 73 y los calvos fueron los protagonistas de la fiesta. Como es tradicional, en el hoyo de la fuente se produjo la XX Concentración Internacional de Calvos con el bautismo de los nuevos miembros. El último día de las fiestas contó con el esperado concierto de ópera a cargo del grupo Agao, en la iglesia. “Se trajo por primera vez el año pasado y tuvo muchísimo éxito así que no dudamos en incluirlo en el programa de este año”, informaba Susana Castanera. La ‘traka’ final y la comida en la calle del encierro fueron otros dos de los actos más relevantes del último día de las Fiestas de Allo.
Cambios en el recorrido
del encierro
Una de las principales novedades, de este año, fue la división del recorrido del encierro. Para que los espectadores pudieran disfrutar más tiempo del espectáculo, el recorrido se dividió y hubo vacas en las dos zonas. Además, Susana Castanera manifestaba la intención de trasladar el recorrido del encierro al paseo de la Fuente, en un futuro. “Se ha pedido un informe a Policía Foral y parece que es posible pero hay que gestionarlo con tiempo. Así que todavía no es seguro”, concluía Castanera.