¿Cuál es la motivación de la Asociación?
Velar por los intereses de nuestros familiares, intentar que tengan la vida más fácil y completa posible y estar pendientes de lo que Gobierno de Navarra no pueda llegar, para actuar nosotros y pedir subvenciones.
¿Cómo vivís los familiares el hecho de tener una persona con discapacidad?
Con angustia, lo primero. Es una mezcla de angustia, pensando en el futuro de nuestros familiares, y de satisfacción, cuando ves que están felices y bien. No ocurre en todos los casos porque la discapacidad intelectual tiene muchas causas distintas. Hay usuarios que lo pasan mal por su propia discapacidad. En mi caso, la mayor angustia es pensar que mi hijo me va a sobrevivir y a ver quién va a velar por él cuando yo no esté. Por lo demás, intentas vivir el día a día con ellos, a lo que dé la vida en cada momento.
¿Qué retos principales encontráis los familiares, qué os preocupa?
La dificultad primera en cuanto al centro es no poder luchar contra unos presupuestos ya establecidos. Se adjudica una cantidad económica y si quieres cosas por encima no hay nada que hacer. Por ejemplo, nuestra petición principal ahora mismo es que todas las habitaciones sean individuales. Algunas ya lo son pero en la parte vieja del edificio son dobles y queremos que sean para una sola persona. Supone un costo muy grande que no lo da una subvención y tenemos que luchar con Gobierno de Navarra. Creemos que se puede conseguir, pero no es algo de uno o dos años. La nueva Ley de Discapacidad va en este sentido, en preservar la dignidad y la intimidad de las personas y, desde luego, en una habitación doble no la hay.
¿Es la actual una sociedad inclusiva para las personas con discapacidad?
En términos generales, por parte de las entidades y las asociaciones hay una disposición para que la sociedad sea inclusiva. Se intenta educar para ello y puede que en general lo sea, aunque en cuestiones como las barreras arquitectónicas y el lenguaje quede mucho por hacer. La mayoría de las personas, y por tanto, de la sociedad, puede que sea inclusiva o tolerante, pero si te topas con la minoría que no lo es, resulta muy doloroso. La discapacidad no está normalizada al cien por cien y no son nuestros hijos los que se tienen que adaptar, sino que las personas con más aptitudes tienen que hacer el esfuerzo.
¿Qué aporta el deporte a la vida de las personas con discapacidad?
Tiene mucha importancia en cuanto al beneficio físico y también en cuanto al emocional si lo practican porque les gusta y se divierten.