
Este año se encargó de la kalejira de Olentzero una comisión integrada por representantes de Lizarra Ikastola -centro que hace ya 50 años sacó la tradición a la calle por primera vez-, del colegio Remontival y del Club Montañero de Estella. La comisión preparó una programación que comenzó el sábado 18 de diciembre con una subida, veterana también, hasta el refugio Larraiza para que los niños entregaran sus cartas a Olentzero y Mari Domingi.
Aunque con menos participación que en otras ediciones pre pandémicas, la subida montañera tuvo un gran seguimiento en una jornada que en altura estuvo acompañada por el sol. La mañana del 24 de diciembre estaba prevista una kalejira infantil, que finalmente se suspendió en unas fechas en las que los datos de contagios por coronavirus se habían disparado.
Fue por la tarde, a partir de las 18 horas, cuando la luz natural había caído del todo, cuando llegó el momento clave para Olentzero. Bienvenida con fuegos artificiales Con fuegos artificiales que anunciaban la presencia de Olentzero en las calles, tras su descenso desde el monte, comenzaba la kalejira. Numeroso público, sobre todo en la plaza San Martín y en el puente del Azucarero, esperaba el paso de la comitiva.
Los joaldunak de Lizarra ikastola abrían paso, seguidos de la banda de música, que precedía la carroza de Olentzero. Sobre un tractor decorado con su carbonera, el personaje mágico saludaba al público sin descanso. Detrás iban los txistularis del grupo Padre Hilario Olazarán y la carroza-tractor de Mari Domingi, ayudante de Olentzero, que tampoco cesaba de saludar a niños y mayores. El grupo de danzaris txikis de Larraiza, seis parejas de adultos y ocho de txikis de Ibai Ega y cinco parejas del grupo Virgen del Puy y San Andrés completaban la comitiva bailando al son de la gaita y el tambor de los gaiteros.
Ágil por el centro de la ciudad, sin reparto de castañas este año, discurrió la kalejira que el público acompañó durante todo el recorrido. Olentzero se despedía de los vecinos de la ciudad hasta el próximo año, a la espera de un recibimiento que no entienda de restricciones ni de limitaciones en cuanto a su organización y desarrollo.
Encuentro en Larraiza
La subida desde el monasterio de Iranzu hasta el refugio de Larraiza tuvo su recompensa para los montañeros que se animaron a secundar el 18 de diciembre la iniciativa del club Montañero de Estella. Superada la niebla, el sol dio la bienvenida y un chocolate caliente, ya arriba, servía para recuperar energía. En torno al mediodía, Olentzero y Mari Domingi llegaban al refugio para saludar a los más pequeños y recoger sus cartas con las peticiones.
Cantos y celebración de Olentzero en Lizarra Ikastola y Remontival
Lizarra Ikastola y el colegio público Remontival celebraron en la mañana del 22 de diciembre una fiesta en honor deOlentzero. El patio de Ikastola recibía la visita de Olentzero y Mari Domingi, quienes repartieron regalos por las clases después de un encuentro con cantos por parte del alumnado. Durante la mañana, a pesar de la niebla y cumpliendo con todas las medidas de seguridad, el alumnado de 4º, 5º y6º de Primaria realizó por grupos un recorrido por las calles de la ciudad para cantar villancicos. El centro público Remontival también disfrutó de la visita de Olentzero y Mari Domingi. Los más pequeños recibieron a los personajes mágicos de la Navidad en la entrada del edificio con música y villancicos.