Los gigantes antiguos, construidos en 1905 por el artesano zaragozano Bartolomé Domingo, alcanzaban el final de los años ochenta en muy malas condiciones. El paso del tiempo y las continuas reparaciones pedían a gritos una renovación que canalizaron los gaiteros Carlos Duñabeitia y Salvador Martínez. El Ayuntamiento tomó en serio el requerimiento y encargó las nuevas figuras que hoy bailan en las calles y plazas de Estella en los días más señalados.
Los Reyes Juan de Labrit y Blanca de Navarra y la pareja de ‘Reyes Moros’ o ‘Negros’, los ocho cabezudos –Tuerto, Berrugón, Boticario, Roba Culeros, pareja aragonesa y pareja navarra – y los tres caballicos chepes fueron obra del escultor Blas Subiza, de la Chantrea, con experiencia previa, puesto que firmaba las comparsas de la Chantrea, Mondragón, Tudela, Puente la Reina y Aoiz. Se desconoce el precio que pagó el consistorio, pero sirva de referencia que, ya en 1905, los honorarios por la comparsa antigua de cuatro gigantes y cuatro cabezudos ascendían a 1.800 de las antiguas pesetas de principios del siglo XX.
La aportación de artesanos estelleses fue crucial en el aspecto que lucieron las figuras: Aurora e Isabel Garrués las pintaron y vistieron con finura, Salanueva añadió las espadas, abanicos y los cetros a los monarcas y Osinaga asumió la responsabilidad de los complementos como coronas, diademas y pendientes. El resultado final, aunque distaba de la apariencia deteriorada de la comparsa vieja, mantenía la similitud con las figuras de principios de siglo que sobrevivieron durante más de ocho décadas.
Incorporación de danzaris
Con la nueva estética, llegaron otros cambios. Los propios gaiteros atrajeron hacia el colectivo de comparseros a miembros del grupo de danzas, y con ellos, se inventaron las primeras coreografías para bailar sobre todo en las plazas. Este punto de inflexión fue obra de la ex dantzari Mª Isabel Urriza y de su marido, miembro de la comparsa, Javier Fuentes. “La comparsa antigua bailaba pasacalles y valses, se bailaba como se podía. Con la nueva se introdujo más disciplina y mi mujer y yo contribuimos con tres coreografías”, explica Fuentes.
Los nombres de los bailes eran ‘El Pajarico’, que aún hoy se baila tal y como se coreografió, ‘El Huevo’ y ‘El valls para las calles estrechas’, ambos perduran hoy en día, aunque con alguna modificaciones. “El Pajarico se preparó para bailar alrededor de la plaza siguiendo las punta de estrella que había. De hecho, ahora cuando se baila en la nueva plaza, es necesario tener una referencia”, añade Mª Isabel Urriza. Después de estas tres primeras coreografías, con el paso de los años se fueron sumando otras más.
En 1988 se introdujo, asimismo, otro gran cambio. El ayuntamiento aprobaba un nuevo reglamento en el pleno del 5 de mayo de 1988, cuenta Javier Iturbide en ‘Pequeña historia de los gigantes de Estella’. Uno de sus artículos establecía que los portadores de las figuras de la comparsa debían abstenerse de fumar y beber mientras bailaban. “Su misión consiste en contribuir a la alegría de los pequeños y en ningún caso han de asustarlos intencionadamente”, decía textualmente.
10 kg menos
Del grupo de comparseros que bailaban en los primeros años de la comparsa nueva, algunos aún forman parte del grupo, aunque son los menos. Es el caso de Juantxo Echávarri, aún en activo, y Vicente Soravilla, quien retirado, participará este Viernes de Gigantes de 2013. ¿Otras diferencias entre los viejos y los nuevos? Juantxo Echávarri lo tiene claro: el peso. De cartón piedra los centenarios y de poliéster los actuales, la variación es de 10 kilos. “Como son más ligeros es más fácil bailarlos y mantener el equilibrio”, explica el comparsero.
Recuerdan los veteranos que a lo largo de los 25 años, mucho son los hitos que marcan la historia de la nueva comparsa. Por ejemplo, las diferentes ubicaciones para guardarlos y los lugares de ensayo. Los gigantes han llegado a bailar en el Verbo Divino e incluso en la plaza San Nicolás, en frente del Palacio de los Reyes de Navarra.
Veinticinco años de nuevas incorporaciones, abandonos, nuevos bailes y nuevos retos, como el que hace unos doce años asumió la comparsa, y que representa uno de los momentos clave de las fiestas de Estella: la despedida de los gigantes el jueves en la plaza.
40
En torno a 40 personas integran el grupo de personas que bailan en la Actualidad los gigantes y portan los cabezudos y los caballicos chepes. De este número, 26 personas se encargan de las grandes figuras (18 asiduos) y trece, de los cabezudos y caballicos chepes.