
Una zona verde junto al frontón de pelota, donde termina la cuesta de subida al colegio público comarcal, albergó la labor física, pero sobre todo la social y educativa, gracias a la actividad que organiza cada año en primavera el Ayuntamiento de la ciudad. Las diez plantas de especies autóctonas -robles y encinas- ocuparon su nuevo lugar con la ayuda del personal de la brigada municipal de jardines.
Durante las sesiones con los diferentes grupos, el jefe de Jardines, Alfredo Martínez Urricelqui, daba a los escolares participantes algunas recomendaciones, como la colocación del árbol al mismo nivel del suelo para que pudiese respirar bien. Les explicaba también que la mezcla de materia orgánica y arena permitiría a los árboles retener la humedad.
Martínez destacaba la importancia de trabajar la sensibilidad ambiental y el cuidado, respeto y disfrute de la naturaleza desde edades tempranas. “Los niños son esponjas y con 8 o 9 años tienen toda la curiosidad. Si interiorizan desde ahora estas cuestiones, de mayores van a ser responsables y van a entender que su cuidado es por el bien de todos. Van a saber que reponer árboles es una tarea importante que podemos hacer individualmente. Conviene inculcarles el disfrute de la naturaleza”.
Por otro lado, el jefe del área de Jardines destacó la importancia de crear en las ciudades lugares lo más alejados posible del asfalto donde poder estar a la sombra. “Los alcorques que ya están en Estella los reponemos, pero ahora lo que se hace en nuevas urbanizaciones es acondicionar lugares y poner árboles que permitan sombrear lo más posible y que puedan prosperar en espacios amplios, porque en un alcorque el árbol está limitado como en una pecera. Los ejemplares que plantamos hoy son de crecimiento lento, peo garantizado, y en seis años ya darán beneficios”, destacó.
El alumnado se repartió las tareas de echar tierra y regar el roble o la encina que podrán ver crecer
Las lecciones sobre jardinería se combinaron con la voluntariedad en el reparto de funciones. Mientras algunos chavales portaban el árbol, otros echaban tierra y otros regaban. Zoé Toledano Iglesias estaba muy contenta de participar. Era su primer árbol. “Es muy guay, en casa ya había plantado algunas lentejas, pero nunca un árbol en concreto. Este es un sitio bueno para venir, igual habrá que echarle algo de agua para que crezca. Los árboles son muy importantes, nos dan oxígeno y sombra”, decía la alumna de segundo de Primaria de Lizarra Ikastola.
Uno de sus compañeros, Ayax Miró García, destacaba el trabajo que habían realizado en grupo. “El trabajo de cavar ya estaba hecho, pero unos hemos puesto el árbol, otros hemos echado tierra o cogido la azada y también hemos echado el agua”, decía. Para su profesora, Maider Camacho, la actividad fuera del aula estaba siendo muy educativa y la cuestión medioambiental se abordaría más tarde en clase. “Antes de empezar les han explicado por qué hay que plantar árboles. Han visto qué importante es para el medio ambiente y la naturaleza o que los árboles son casas para algunas aves e insectos. Han estado muy a gusto haciendo una actividad diferente”, expresó.
En la primera mitad de la mañana, el alumnado de Remontival tomó el relevo al grupo más madrugador, el de Lizarra Ikastola. Los grupos del colegio público siguieron las indicaciones del equipo de jardineros y se afanaron en sus árboles.
Cada escolar recibió una pequeña planta para poder seguir con la actividad en familia
Las reacciones fueron todas positivas en una mañana agradable que se agradeció al aire libre. “Lo más divertido de todo ha sido echar el agua. Se ha salido un poco, hemos echado demasiada, pero está siendo un día muy bonito”, expresaba Ilargi Pascual Ochagavía. “Ha estado bien poner uno por clase, así un árbol es para todos, así somos un equipo”, aseguraba su compañero Amets Fernández Rodríguez. Sin embargo, a Luke Jiménez un árbol le supo a poco. “Más vale que en el momento de echar el agua hemos colaborado algo todos, porque si no, muchos no hubiéramos trabajado nada”, manifestaba voluntariosa.
Cada participación de grupo concluyó con el reparto individual a cada pequeño jardinero de una planta que cada familia tendrá que cuidar o plantar en un lugar destacado para verla crecer; como crece la sensibilidad ambiental cuando se explica y se trabaja desde la infancia.
Chocolatada y mitología
El programa del Día del Árbol en Estella-Lizarra se completó el jueves 10 por la tarde con una plantación popular en los parterres de la plaza de la Coronación. La cita concluyó con una chocolatada para los participantes. El viernes 11 por la tarde se desarrolló un paseo de temática mitológica por el paseo de Los Llanos durante el que Aitor Ventureira, de la Asociación Hojarasca, explicó curiosidades sobre el arbolado.