A las diez y media de la mañana se inauguraba la feria que este año cumple su quinta edición y que, por vez primera, se separa de la programación de San Andrés. La celebración en febrero coincidía con el final de la campaña de invierno del llamado ‘diamante negro’. Viveristas, productos trufados, restaurantes y entidades relacionadas con el cultivo y difusión de la trufa se dieron cita en la ciudad del Ega.
Los visitantes pudieron adquirir diversos productos artesanales, como huevos trufados, aceite trufado, conservas y trufa en fresco. Asimismo, los restaurantes Larrión, La Aljama, El Che y Palacio de Pujadas (Viana) prepararon pinchos con trufa. Por el precio de dos euros se podía adquirir un ticket que permitía probar los pinchos y un vino, éste último cortesía de bodega Valdelares, de Lácar. Los niños también tuvieron entretenimiento a lo largo de la jornada gracias a los talleres que se prepararon en una pequeña carpa contigua.
A la una y media de la tarde comenzó uno de los momentos más esperados de la jornada: la subasta de una trufa de casi 250 gramos. La puja la protagonizaron la alcaldesa de Estella, Begoña Ganuza, en representación del Ayuntamiento, y el Hotel Palacio de Pujadas. La primera edil ofrecía el precio más alto, 1.000 euros. Este dinero iría destinado con carácter benéfico a las asociaciones Anfas y Anasaps de Estella. Finalmente, era el restaurante La Cepa quien adquiría la trufa al Ayuntamiento para utilizarla en su cocina.
A lo largo de la mañana, los visitantes pudieron ver vídeos sobre los oficios y tradiciones de tierra Estella, entre ellos uno dedicado al producto estrella de la jornada. Asimismo, se repartieron ejemplares de una publicación, editada por Teder, con recetas sencillas que utilizan la trufa como ingrediente especial. El objetivo del librillo, así como de la feria en general, no era otro que la promoción del producto que cuenta en Tierra Estella con un importante colectivo de productores.
La organización del evento corría a cargo de la asociación de desarrollo rural Teder y los Truficultores de Lóquiz, con la colaboración del ITG y la Universidad de Navarra. El ITG-Universidad de Navarra, la cooperativa de truficultores de Navarra y la asociación local, el museo de la trufa de Metauten, Anfas y Anasaps contaron con un stand propio en la feria para divulgar su actividad.
Semana trufada
Aunque la feria de la trufa era el acto central de una campaña de promoción del preciado producto, varias fueron las actividades que se desarrollaron en Estella los días previos. El fin de semana anterior, se celebraron cursos de cata de trufa en la casa de la juventud, y el sábado 21 y el domingo 22 se pudo degustar pinchos especiales con trufa en ocho establecimientos hosteleros de Estella y la comarca.
En concreto, participaron en la iniciativa gastronómica el hotel restaurante Palacio de Pujadas de Viana, Venta de Larrión, bar Amaya, Pigor, El Ché, Aralar, La Aljama y El Mosquito. Por el precio de dos euros se podía degustar pincho y vino. Asimismo, los clientes recibieron unos boletos para participar en el sorteo de un lote de productos trufados que se entregó en el transcurso de la feria del sábado 28. Una niña del público, como mano inocente, sacó el boleto premiado. Se trataba del número 0296, en posesión del vecino de Arazuri José Javier Urbiola. •