
La cena popular de la cabra y la música dieron paso al sábado. A las doce del mediodía se oficiaba misa, seguida de aperitivo, bingo y fiesta de la espuma. Las danzas, la música y el torico de fuego completaban la jornada.
El domingo arrancaba con hinchables, seguía con misa y, por la tarde, más hinchables y la actuación de Arno y sus animales. Seguía un desfile infantil de disfraces, bingo, torico, música de DJ y el concurso de disfraces para el público adulto. El lunes terminaban las fiestas con la celebración de una paellada popular, finales deportivas, abadejada en las piscinas por la noche y música para despedir las intensas jornadas de blanco y rojo.