El frío no disuadió y a las tres de la tarde los alumnos abandonaron el centro escolar vestidos con sus trajes de caseros y sosteniendo los ‘makilas’. El sonido de los acordeones, los txistus y la trikitixa servía para acompañar los cantos y las coplas que los alumnos dedicaron a la santa siciliana, protectora de las familias, las cosechas y las haciendas. El frío no fue impedimento para cumplir con una tradición de 41 años y se realizaron diferentes paradas para cantar, golpear los makilas y lanzar las txapelas al aire.
El itinerario discurrió por la plaza Coronación, las calles San Andrés, Baja Navarra y Mayor, la plaza Santiago, Calderería, plaza de los Fueros, La Estrella, Navarrería y, por la calle Mayor, la comitiva regresó al centro pasando por la calle San Andrés y la plaza de la Coronación. Por el contrario, la ola de frío impidió la celebración que tenían prevista el mismo día los alumnos del modelo D del colegio público Remontival.