TIERRA ESTELLA GLOBAL – Raquel Mugerza – República Dominicana – “Este estilo de vida se contagia y es maravilloso ver que para ser feliz no necesitas nada”

La maestra de 22 años imparte clases de manera voluntaria en dos escuelas de la región de Cibao, en la zona centro-norte de la isla caribeña

La necesidad de ayudar llevó a Raquel Muguerza Olcoz hace siete meses a República Dominicana. Vive en la región de Cibao, en la zona centro-norte de la isla caribeña y es profesora voluntaria en dos escuelas de la zona. Su formación en Educación Infantil, especializada en Inglés, le permite impartir clases de este idioma, así como de Música y de manualidades, pero son también otros proyectos los que desarrolla en el país, en la comunidad donde vive buena parte de sus alumnos, ofreciendo apoyo escolar y colaborando con las mujeres. Raquel Muguerza comparte su enriquecedora experiencia con la esperanza de que su ejemplo pueda servir a otras personas que deseen echar una mano en lugares donde puedan necesitarlo.

¿Cómo surgió la oportunidad? ¿Buscabas trabajo, experiencias, un cambio…?
Siempre había tenido en mente realizar un año de voluntariado en algún país latinoamericano pero, cuando en abril de 2015 ocurrió el terremoto de Nepal, decidí buscar la manera de poder ir allí a ayudar en lo que se pudiera en un momento tan crítico. Sin embargo, me vi decepcionada por la mayoría de ONGs con las que contacté porque, dado que todos los voluntarios en potencia repartidos por el mundo querían acudir allí a cooperar, se generó aprovechamiento por parte de las diferentes organizaciones que buscaban más un aporte económico semanal de cada voluntario que su propio trabajo físico en el lugar… La situación me desmotivó mucho, pero seguí en búsqueda de un proyecto. Finalmente encontré en República Dominicana la posibilidad de trabajar en una escuela y de hacer trabajo comunitario, que era lo que yo quería.

¿A qué te dedicas en la isla caribeña?
Me dedico a mil cosas al mismo tiempo. Por un lado, trabajo en dos escuelas diferentes, una es enorme, con unos 700 alumnos, y otra muy pequeña, con menos de 100; la mayoría de los niños pertenecen a familias muy desestructuradas y humildes.

Ejerzo como profesora de Inglés, imparto clases de Música y doy clases de Educación Especial a una niña con necesidades educativas específicas. Como en la escuela más grande estamos desarrollando proyectos ecológicos de reciclaje, imparto talleres artísticos. Por otro lado, las escuelas trabajan de forma conjunta con artesanas para vender sus creaciones y con el dinero recaudado ayudan a las familias con más necesidades. Yo me encargo de trabajar con ellas enseñándoles los trabajos artesanales que sé y ellas me enseñan a mí lo que saben, de esta forma vamos creando nuevas producciones juntas que vender. Por último, también llevamos a cabo trabajo comunitario en una de las comunidades más humildes de la zona, donde viven muchos de nuestros alumnos.

¿Qué estás aprendiendo de esta experiencia?
¡Son tantas las cosas! Vivir tan lejos de casa y sola es un aprendizaje diario que me está aportando mucho. Trabajar como profesora en otro país es todo un reto y más cuando la cultura es tan diferente. Estoy aprendiendo muchísimo como docente, en el manejo de grandes grupos de niños, resolución de conflictos en el aula e innovando en mis actividades, haciéndolas lo más dinámicas e interesantes posibles para los niños, ya que aquí es muy difícil captar su atención y mantenerla, dado que tienen problemas mayores en sus vidas que no entender una división.

República Dominicana, destino turístico de primer orden, ¿has despertado la envidia en tu entorno?
Bueno, eso no lo sé. Puede que algunos sí hayan sentido envidia porque creen que al venir a trabajar aquí me paso el día en la playa y llevando la ‘vida caribeña’ tan deseada, todo el día en la playa bebiendo agua de coco en una hamaca. Es una mezcla de vida caribeña los fines de semana y mucho trabajo durante el día a día.

¿Cómo es República Dominicana?
Lo que más me llamó la atención al llegar aquí es que la gente es feliz. Pero no feliz como los europeos creemos que lo somos al comprarnos el último modelo de móvil; ellos son felices sin tener absolutamente nada. Ese estilo de vida se contagia y es maravilloso ver que para ser feliz necesitas nada sino sentirlo así.

Aquí el dominicano medio vive al día con el dinero y a veces no se organizan muy bien. Aun así, si tienen algo, por poco que sea, siempre lo comparten. Como República Dominicana es una isla, tienen mucha escasez de agua corriente y de energía. Hay continuos cortes de agua y de luz. Este país podría definirlo como el caos personificado, pero es un caos que me gusta. Hay motos por todas partes, también se escucha música casi a todas horas: bachata, merengue, salsa, reggaetón… Y llevan el ritmo en la sangre. La vida está en la calle y se comparte en comunidad.

Otro aspecto característico del país es que la mayoría de las familias están desestructuradas. Tienen hijos en edades muy tempranas, muchos y de distintos padres y madres. Lo normal aquí es tener entre cinco y diez hermanos. A menudo las madres cargan con la responsabilidad total de las familias y es normal que los padres desaparezcan o se vayan a formar otra familia.

¿Cómo es la vida de Raquel Muguerza?
Me levanto temprano para pasear a mi perrita, que la acogí de la calle de cachorrita, desayuno y me voy a trabajar a la escuela. También alguna vez por semana cojo un ‘motoconcho’, una especie de mototaxi, y me voy a colaborar a la escuelita pequeña y humilde, a dar clases de inglés. Como con los niños y en la tarde seguimos con las clases, a veces impartimos talleres de formación a los profesores de la escuela.

Por la tarde salgo a caminar y correr para hacer un poco de deporte con unos amigos y la perrita y subimos casi siempre al atardecer, a un monte junto a nuestra casa, con una altura de unos 2000.

Muchas tardes las pasamos en la comunidad más humilde de la zona donde vivimos, donde todas las casas son chabolas. Se llama ‘Los Platanitos’ y es donde viven la mayoría de nuestros alumnos. Es genial entrar en la comunidad, formas parte de una gran familia, vienen algunos alumnos corriendo a saludarte y a darte un gran abrazo. Entre varios voluntarios abrimos allí un centro comunitario de apoyo escolar a los niños y hacemos las tareas con ellos. También creamos un grupo de apoyo a las mujeres.

Algunas noches me escapo al centro para juntarme con mis amigos a tomar algo, ir al cine puntualmente o a cenar o acudir a un centro cultural que siempre tiene actividades de cortos o conciertos. En caso de ser lunes voy a los ‘Lunes de Jazz’, y otras noches a bailar. A la hora de la cena la noche me junto siempre con una vecina dominicana, uno de mis principales pilares aquí, y viene con sus hijos a mi casa y compartimos cómo nos fue el día.

¿Qué es lo que más echas de menos de Estella?
Claramente, a mi familia y amigos los extraño siempre. No hay día que no los recuerde o experiencia que no deseara compartir junto a ellos. Me hacen mucha falta. A parte de eso, extraño salir a la calle y ver a gente conocida, a la gente de siempre. Algo que echo mucho de menos es la comida. Aquí la gastronomía es variada, pero donde estén unas patatas con chorizo navarro o unos sanjacobos o muslos rellenos de la carnicería de mis padres… ¡eso lo extraño demasiado! También echo de menos pasar desapercibida en la calle. Aquí llamas la atención ya sólo por tu color de piel. Ya todos te ven como la rubia, o sea de tez blanca, y piensan que eres rica, que vienes de turismo y que te crees superior. Sin embargo, en el lugar donde vivo ya me toman por una local.

DNI


Nombre y apellidos. Raquel Muguerza Olcoz.
Edad. 22 años.
Lugar y fecha de nacimiento. Estella, 7 de octubre de 1993.
Formación. Profesora de Educación Primaria, especializada en Inglés.
Profesión. Educadora.
Idiomas. Inglés y alemán.
Fecha de llegada. Septiembre 2015.
¿Fecha de vuelta? Indefinida (de septiembre en adelante).

LO MEJOR Y LO PEOR


LO MEJOR
“El amor que recibo día a día de mis alumnos. Es increíble cómo niños que sufren tanto y se desarrollan en entornos tan hostiles pueden tener tanto amor para dar. También destaco los aprendizajes personales, como saber moverme sola en lugares desconocidos. Y lo mejor de todo es la gente que está a mi lado, sobre todo tres personas, pilares en mi día a día, que siempre van a ser parte de mi familia”.

LO PEOR
“Lo peor, conocer las realidades tan duras que vive la gente aquí a veces. Sobre todo ver niños que están escuálidos, o son maltratados, que trabajan en la calle sin ir a la escuela o que han sido abandonados. Es algo que me duele cada día que lo veo”.

VISITAS. EL TOP 3 DE RAQUEL MUGUERZA


1. Samaná. Con la ciudad de las Terrenas, los Haitises, Cayo Levantado y poder ver las ballenas que llegan hasta allí mismo.
2. Cabarete. Una ciudad donde todavía permanece parte del encanto de la cultura dominicana, aunque está perfectamente unido con los servicios turísticos. Es el lugar ideal para hacer surf, kite-surf, salir de fiesta o tomar unos mojitos en la playa.
3. El Pico Duarte. Es la montaña y pico más alto de República Dominicana y de todo el Caribe. Es una zona montañosa, donde hace mucho frío y el paisaje cambia por completo.

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