PRIMER PLANO – Miguel Araiz, ingeniero industrial – “Esta tecnología se puede utilizar para aprovechar energía térmica que habitualmente se desperdicia”

PRIMER PLANO – Miguel Araiz, ingeniero industrial – “Esta tecnología  se puede utilizar para aprovechar energía térmica que habitualmente se desperdicia”

El ingeniero estellés, Miguel Araiz Vega, de 28 años, ha diseñado un generador termoeléctrico que aprovecha el calor residual de una chimenea industrial

Miguel Araiz Vega (13/08/1991), natural de Estella, se ha convertido en doctor sobresaliente cum laudem por la Universidad Pública de Navarra, gracias al diseño de un generador termoeléctrico que aprovecha el calor residual de una chimenea industrial de 30 metros, que disipa gases calientes a 250 ºC, que generan un total de 363 megavatios-hora de electricidad al año, lo que equivaldría al consumo eléctrico anual de 111 hogares españoles. Miguel Araiz, antiguo alumno del colegio de El Puy, ejerce ahora como profesor e investigador en el departamento de Ingeniería de la Universidad Pública de Navarra.

¿Cómo viviste el día de la defensa de la tesis? ¿Cómo te sentiste cuando la calificaron con sobresaliente ‘cum laudem’?
Fue un día de muchos nervios, pero de mucha emoción. Me sentí muy arropado por toda mi familia, mi pareja, mis amigas, amigos y compañeros de trabajo que quisieron compartir ese día conmigo. Fue muy satisfactorio ver que, después de tanto esfuerzo y tanta dedicación, el resultado fuera tan positivo.

¿Cuánto tiempo has invertido en la preparación del doctorado?
Han sido casi 3 años de investigación desde que descubrí la termoelectricidad hasta que pude finalizar la tesis y defenderla. Han sido muchos meses de trabajo duro, en los que he disfrutado muchísimo. Además, he podido viajar por todo el mundo para asistir a congresos y compartir con otros investigadores los avances en esta tecnología. También pude trabajar durante 4 meses en una universidad en Australia, toda una experiencia.

“He podido viajar por todo el mundo para asistir a congresos y compartir con otros investigadores los avances de esta tecnología”

¿En qué consiste exactamente el generador termoeléctrico que has creado?
Es un dispositivo que permite producir electricidad a partir del calor. Lo interesante de esta tecnología es que se puede utilizar para aprovechar energía térmica que habitualmente se desperdicia, como el calor que tienen los humos que se liberan a la atmósfera a través de las chimeneas de las calderas o de muchas industrias. De esta forma, se conseguiría aumentar la eficiencia de ese proceso dando un uso a estas corrientes calientes y logrando generar energía eléctrica en la propia empresa.
Estos generadores están formados por módulos termoeléctricos, los encargados de convertir el calor en electricidad, e intercambiadores de calor, que favorecen esta transformación. Precisamente, en esta investigación, hemos diseñado unos disipadores de calor que mejoran considerablemente los resultados que se ha­bían obtenido hasta ahora.

¿Cuáles son sus cualidades o beneficios?
Los sistemas termoeléctricos son muy sencillos de operar, basta con colocarlos entre un foco de calor (como los gases calientes) y un foco frío (como el ambiente) para crear una diferencia de temperatura entre las caras de los módulos y empezar a generar electricidad. Además, es una tecnología escalable, que permite adaptarse a cada aplicación, y muy robusta, al no haber partes móviles ni equipos auxiliares. El mantenimiento es prácticamente innecesario.

Este invento es fruto de tu tesis doctoral, ¿cómo ha sido todo el proceso de investigación?
Partía con ventaja, por la dilatada experiencia del Grupo de Investigación en Ingeniería Térmica y de Fluidos de la UPNA donde he realizado la tesis. Para poder simular y diseñar estos sistemas utilizamos modelos computacionales antes de pasar a la experimentación. Después, siempre construimos prototipos que ensayamos y usamos para validar esos modelos. Para la tesis, se construyó un generador termoeléctrico y se instaló en la chimenea de una caldera de gas natural. Este sistema se probó bajo diferentes condiciones de funcionamiento demostrando que se podía obtener energía eléctrica a partir de una corriente de humos de escape. Además, los resultados que habíamos previsto con los modelos computacionales se cumplían, lo que nos permitió realizar un estudio a gran escala de implantación de esta tecnología en una industria real.

¿Siempre tuviste claro que querías dedicarte a la Ingeniería Industrial?
Me ha gustado siempre entender por qué funcionan las cosas y quizás eso me haya llevado a estudiar ingeniería. Al principio no tenía nada claro qué especialidad me iba a gustar más, por eso opté por Ingeniería Industrial.

¿En qué te centrarás a partir de ahora?
En el grupo de investigación hemos seguido con este trabajo, y hemos conseguido instalar un prototipo en una empresa, para demostrar que esta tecnología puede ser viable en un emplazamiento real, y no solo a nivel de laboratorio como habíamos probado en la universidad. Además, también estamos desarrollando otros proyectos relacionados con la transmisión de calor y sistemas de refrigeración.
Yo, en particular, compaginaré la docencia con la investigación ya que recientemente he comenzado a trabajar como profesor en la Universidad Pública de Navarra.

¿Cuál sería tu sueño como ingeniero?
Me gustaría poder seguir dedicándome a la investigación y participar en el desarrollo de algún sistema que revolucione el panorama energético.

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