¿Cómo ha cambiado el trabajo a lo largo de una dilatada trayectoria de 32 años?
El trabajo era totalmente diferente a como es hoy. Empezamos como quien dice con el pico y la pala. Hemos rellenado partes de servicios a bolígrafo, ni si quiera con máquina de escribir. El trabajo de la Policía Municipal ha evolucionado muchísimo, de la misma manera que lo ha hecho la sociedad. Ahora recibimos muchas más solicitudes por parte de los ciudadanos. Antes se llamaba por cuatro cosas, ahora por cualquier cosa, pero es normal porque las exigencias actuales de la sociedad nada tienen que ver con las de los 80.
El tráfico también ha cambiado mucho, por la configuración de la ciudad y por los nuevos viales de circulación. Y me ha tocado vivir los años de la heroína cuando Estella era, además, dependencia comarcal de detenidos. Hemos llegado a realizar hasta 500 detenciones al año. Ahora las detenciones son pocas y más sencillas, sobre todo por alcoholemia; se hacen las diligencias, citación para el juicio y a casa.
¿Ha cambiado en este tiempo el concepto de autoridad?
Hemos pasado de ser alguaciles a ser policías municipales. Ha evolucionado mucho la formación de toda la plantilla; los profesionales han pasado unas oposiciones y por la academia, con reciclajes continuos. Si ha cambiado la percepción que la gente tiene de nosotros y, sobre la autoridad, habría que preguntárselo al ciudadano. Yo la verdad es que siempre he entendido mi función como la de un profesional de los servicios. Somos una empresa al servicio de los clientes, los ciudadanos. Parto de esta premisa.
¿Cómodo en el puesto al que ha vuelto años después?
Estoy muy cómodo. Después de la primera etapa dije que nunca volvería a asumirlo. No le tengo apego a este puesto, pero me lo volvieron a ofrecer, he tenido el apoyo de todo el mundo y la verdad es que trabajando estoy a gusto. Aquí estamos para solucionar los pequeños problemas del día a día de la gente. Los grandes problemas son para los de arriba. Buscamos cuanta más cercanía mejor, que a la policía municipal se nos vea y sienta como los que solucionan los problemas de la ciudadanía.
¿Cuáles son las principales demandas que realizan hoy en día los ciudadanos a Policía Municipal?
De todo tipo, relacionadas con nuestras competencias marcadas por las Ordenanzas municipales, como el tráfico, los animales, los horarios de los bares, los chabisques… Somos la policía más cercana al ciudadano y nos toca atender todas las molestias de los vecinos. Cuando alguien llama por cualquier cosas es que porque tiene un problema. Y por el mero hecho de atenderles ya les quitas preocupación.
¿Cuáles son los principales problemas que presenta la ciudad?
Estella no es problemática, tiene las complicaciones propias de un centro de comarca. Pero la ventaja es que es una ciudad pequeña y aquí nos conocemos todos.
¿Y las preocupaciones a las que se hace frente?
El tráfico y el tema de aparcamiento, pero teniendo en cuenta que los colapsos son cuestiones puntuales. Trabajamos por la mejora continua, hacemos todo lo que se puede para mejorar en cuestión de tráfico, como las actuaciones en la zona del Puy, en el parking de la Inmaculada y como vamos a hacer también en San Miguel. Otra preocupación estos días puede ser el tema de los chabisques, la convivencia entre el descanso de los vecinos y el ocio. Se está creando una ordenanza nueva con la colaboración de los jóvenes y los vecinos afectados para que sea un documento lo más consensuado posible.
¿En qué consiste la actuación de San Miguel?
Como las demás, en organizar un poco mejor el tráfico. La zona del tanatorio, Espoz y Mina y Cordeleros se van a hacer de sentido único. También queremos crear viales para peatones para mejorar su seguridad en determinados lugares de la zona.
¿Cómo valora una posible gestión municipal de la zona azul?
Es una decisión política. Como policía, en cuanto a la gestión de servicios, no hay problema, pero son los políticos quienes tienen que ver si es viable o no económicamente.
¿Es suficiente la plantilla que actualmente tiene Policía Municipal?
Con los que estamos cubrimos. Estamos los justos.
365 DÍAS, 24 HORAS
Explica el jefe de la Policía Municipal que el trabajo del cuerpo es de 365 días al año, 24 horas al día. Integran la plantilla 22 personas, entre mandos, agentes y auxiliares, además del jefe. Los auxiliares suplen las vacantes y las jubilaciones hasta que se cubren las plazas. “Trabajamos por turnos con un mínimo de tres agentes por turno, aunque hay días más especiales, cuando el número aumenta. En cuanto a la estructura de nuestro trabajo, el mando de cada turno distribuye el trabajo cada día. Tenemos servicios fijos, como pueden ser colegios en periodo escolar, y atendemos las incidencias que van surgiendo”, explica Miguel Ángel Remírez.