
Goicoechea, trabajador de la empresa gestora del pabellón desde 2008, realizó su estudio como trabajo de final de grado con la participación de las 200 personas que participaron el pasado curso 2023-24 en las clases que él dirige. El programa, financiado por el Ayuntamiento de Estella, goza de una gran demanda. Este curso, con 224 participantes, 40 personas se quedaron en lista de espera.
El estudio de Goicoechea, de 36 años y natural de Oteiza, ha dado pie a un artículo que el profesor ha publicado en la revista Retos, un referente nacional en el campo de las Ciencias de la Educación Física y el Deporte. El artículo explica la metodología llevada a cabo en un estudio centrado en los beneficios de la actividad física en las personas mayores de 65 años.
Joseba Goicoechea es diplomado en Educación Física, Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y máster en alto rendimiento de deportes cíclicos.
¿Qué beneficios tiene la actividad física en la tercera edad?
Los mismos beneficios que a cualquier edad, pero conforme envejecemos las capacidades físicas se van deteriorando. Baja la capacidad aeróbica y disminuye la fuerza, por lo que si las ejercitamos la progresión del envejecimiento es más lenta, e incluso las capacidades se pueden ver mejoradas.
La esperanza de vida es cada vez mayor. Aparte de vivir más años, lo importante es hacerlo en buenas condiciones. Ser una persona autónoma y llevar tu día a día sin ayuda es lo que más se valora.
¿Qué trabajas en tus clases con la tercera edad?
Hacemos trabajo aeróbico, de fuerza, de coordinación, de equilibrio y de flexibilidad. También trabajamos el desarrollo cognitivo. El juego tiene mucha importancia en las clases porque ayuda a la diversión y también a la socialización.
¿De qué manera?
Sigo las recomendaciones de la OMS y de otros autores, pero incluyo cosas de Educación Física para aumentar la adherencia al curso, es decir, para que la gente venga, porque encuentran actividades variadas.
La estrategia que sigo es el trabajo en circuito y organizo a las alumnas de cuatro en cuatro para que socialicen. Por ejemplo, trabajamos la fuerza con TRX, con mancuernas, con barras, con balón de fit-ball, trabajamos de manera aeróbica con bicis estáticas, hacemos step, también acciones motrices adaptadas a deportes como baloncesto, pin-pon, frontenis, tenis e incluso disc-gol, petanca o siete y medio.
Las semanas que toca tres sesiones incorporo cosas diferentes, como danzas regionales, pilates o yoga. Yo creo que es un programa bastante innovador.
¿Es un reto atraer a las personas mayores de 65 años al polideportivo?
Van cogiendo confianza, al principio había más miedo a probar. Muchas participantes recuerdan la gimnasia de antes, la de saltar el potro o hacer la voltereta, que era muy militar, pero ahora la gimnasia es mucho más pedagógica y la gente viene muy contenta.
Nadie quiere quedarse sin plaza. También es verdad que el ayuntamiento aumenta el número cada año. Pienso que, si hay gente que quiere hacer actividad física, que es salud, hay que apostar por ello.
¿La prueba es que cada año aumenta el número de personas interesadas?
Cada año hay más demanda. Yo voy cogiendo asistencia y veo que hay adherencia, que la gente cumple, teniendo en cuenta incluso que a estas edades tienen muchas consultas de médico, viajes del Imserso o cuidado de los nietos.
¿Los hombres también se animan?
Mucho menos, les cuesta apuntarse a actividades. Pero luego, cuando lo hacen, se lo pasan bien.
¿Cómo es la experiencia para ti?
Muy gratificante. Viendo los resultados del estudio, está claro que mejora la condición física de las participantes y, por tanto, su salud. La gente viene contenta y para mí trabajar en un lugar en el que la gente está contenta está guay.
La tercera edad se muestra activa, ¿todo el mundo hace ya deporte? ¿Cómo lo ves?
Hay un informe de 2023, se llama ‘Pasos’, de la Fundación Gasol, que ofrece datos negativos. La OMS dice que hay que hacer 7 horas de actividad física a la semana y el 70% lo incumple, en concreto, los datos en la franja de 6 a 16 años son desoladores. Antes los niños estaban más en la calle, ahora las pantallas son una gran competencia. En Estella vivimos bien y hay muchas opciones, pero hay niños que sólo hacen ejercicio en Educación Física y luego su vida es sedentaria.
En cuanto a los adultos, antes los trabajos implicaban más movimiento. Ahora tendemos a trabajos más cómodos y somos más sedentarios. En mi opinión, crece la participación en actividades dirigidas y también individuales, como salir a correr o con la bici, pero no la práctica de deporte en grupo.
¿Crees que existe una mayor conciencia social sobre la necesaria práctica deportiva?
Ahora hay un consenso mundial sobre los beneficios de la actividad física. Mikel Izquierdo, que es navarro, hace un dictamen de recomendaciones a nivel global y habla de la necesidad de involucrar más a los médicos porque invirtiendo en actividad física se reduce en gastos sanitarios. También se demuestra que muchas veces para prevenir enfermedades se debería recetar actividad física. Hay más conciencia social, pero luego igual no se hace.
En todas las pruebas –de fuerza, resistencia aeróbica, equilibrio dinámico y flexibilidad- las alumnas de Estella estuvieron por encima de los resultados del estudio”
¿Cuáles son las claves del estudio que ha dado pie a la publicación en la revista ‘Retos’?
Quería comprobar qué se conseguía con tres meses de actividad. Leí un montón de artículos sobre experiencias en grupos similares y un aspecto importante que se medía era la fragilidad, entendiendo por fragilidad una mayor predisposición a la caída y una mayor vulnerabilidad.
El estudio mide la mejora física en un periodo de tres meses. Hice unas pruebas al principio del curso, en septiembre, cuando las alumnas venían del parón de verano, y las repetí a los tres meses para comparar los resultados. Utilicé tres instrumentos validados. Primero el Short Physical Performance Battery (SPPB), que mide la fragilidad a través de cuatro pruebas, y luego hice el Sénior Fitness Test (SFT).
En concreto medí la velocidad de la marcha, el número de sentadillas y el equilibrio, y comparé los resultados con unos percentiles por grupos de edad que estableció un estudio propio la red de ejercicio físico y salud, Exernet. El objetivo era evaluar los resultados de las pruebas en base a esos percentiles para saber si las participantes en el estudio de Estella estaban por encima o por debajo de la media.
¿Cuáles han sido los resultados y las mejoras en las alumnas?
En todas las pruebas –de fuerza, resistencia aeróbica, equilibrio dinámico y flexibilidad- las alumnas de Estella estuvieron por encima de los resultados del estudio. En varios casos, mejoraban el equilibrio y, por tanto, se mejoraba la fragilidad.
Otro dato interesante es que solamente el 8% de las personas apuntadas en la gimnasia tienen fragilidad, mientras que estudios de la población española mayor de 65 años hablan de una fragilidad de hasta el 18%. Esto quiere decir que las personas que están predispuestas a apuntarse a una actividad se encuentran en mejores condiciones que la media. También tiene una segunda lectura, y es que estaría bien llegar a la gente que tiene fragilidad para que con la implementación de actividad física se pueda reducir.
Por otra parte, también quería conocer la percepción de las participantes, cómo se veían al comenzar la actividad y tres meses después, y lo hice a través del cuestionario de salud SF36, que son 36 preguntas. La conclusión ha sido que la actividad física durante los tres meses mejoró significativamente la salud general y la función física para realizar sus actividades diarias.
¿Un consejo que les das a tus alumnas? ¿Qué se puede hacer para tener una buena salud?
Que se muevan, sobre todo, que sigan siendo personas activas. Un envejecimiento activo ayuda a sentirse partícipe de la sociedad. Si te quedas en casa aislado no te sientes partícipe. Sin embargo, si vienes aquí, haces actividad física y socializas, te sientes parte.
¿Cuáles son las claves de un buen envejecimiento?
Es importante tener una buena rutina de sueño. Segundo, una buena alimentación, comer alimentos que tus padres y abuelos conociesen. Tercero, hacer actividad física. Cuarto, las interacciones sociales y, quinto, una actitud positiva. Esto no lo digo yo, no me lo invento, pero conviene recordarlo.