Paseos que dan vida

Paseos que dan vida

Vecinos de las localidades de Arzoz, Baquedano, Abárzuza y Nazar explican cómo han vivido el confinamiento y muestran su alegría por volver a sentir el aire puro

Las personas mayores de 70 años, desde el 2 de mayo, pueden disfrutar de los paseos al aire libre y de la actividad física moderada en la calle. En todas las localidades de Tierra Estella —a excepción de la capital de merindad, Estella, que tiene más de 5.000 habitantes y las personas mayores tienen que cumplir con la franja horaria establecida, de 10 a 12 horas y de 19 a 20 horas— no hay que cumplir franjas horarias, por lo que todos sus habitantes pueden elegir en qué momento salir a la calle a pasear durante, por ahora, una hora.

En Calle Mayor hemos querido contar con los testimonios de vecinos y vecinas de diferentes localidades pequeñas de la zona para que nos cuenten cómo han vivido el confinamiento, a quiénes han echado de menos y qué han sentido al poder volver a salir a la calle. Los diferentes vecinos de Arzoz, Baquedano, Abárzuza y Nazar coinciden en que nunca había vivido una situación igual, a la provocada por el Covid-19, y en que los paseos al aire libre, disfrutando el paisaje, les dan la vida.

ARZOZ
La vuelta a San Gervás y Opacua

En el pequeño pueblo de Arzoz (valle de Guesálaz) los días han transcurrido tranquilos. La mayoría de habitantes de la localidad tiene más de 70 años y ahora agradecen el poder salir a pasear. “Muchos de los vecinos sí que salimos a dar una vuelta, pero como no hay horarios no coincidimos demasiado. Para ir a pasear está muy bien la vuelta a San Gervás o la vuelta a Opacua, que son las dos ermitas de Arzoz. Más o menos cuesta una hora, que es el tiempo permitido por ahora”, explicaba Lourdes Irigoyen. Los pocos vecinos que se encuentran en la localidad apenas se han visto durante el confinamiento. Algunos se saludaban cuando venía el panadero, el frutero o la pescadera. “Al principio había mucho miedo al contagio, ahora estamos más tranquilos. Este grupo de Arzoz confirmaba a Calle Mayor que todos los habitantes de la localidad están bien y que ya tienen ganas de que todo vuelva a la normalidad para que el pueblo se llene de vida. “Si por lo menos se permiten los desplazamientos, el pueblo estará más animado, aunque tendremos que seguir siendo precavidos y cumplir con las medidas de prevención”, expresaban.

BAQUEDANO
Entre las calles y el camino hacia Gollano

En Baquedano (Las Améscoas) Josefina Valerdi Díaz, de 87 años, explica que está muy contenta al poder salir de casa porque así se mueve más. “Salgo a pasear por el pueblo y también por el camino que va hacia Gollano”, informaba. Reconoce que durante el confinamiento ha estado aburrida al no poder salir de casa, aunque con la televisión ha pasado muchos ratos entretenida. Además, se siente afortunada por tener una terraza que le ha permitido sentirse al aire libre. También explicaba a Calle Mayor que durante estos días ha echado de menos a uno de sus hijos y a sus nietos porque viven en Pamplona y no podían acudir a visitarla, aunque con las videollamadas ha podido verles y comprobar que se encontraban bien. “Al final tenemos la incertidumbre de qué va a pasar con esta situación que estamos viviendo”, reconocía Josefina Valerdi, quien disfruta estos días de sus paseos por la localidad de Baquedano.

 

 

 

 

ABÁRZUZA
Por el paseo del río y los regadíos

La localidad de Abárzuza cuenta con más de 500 habitantes y acaba de cambiar de alcalde en plena fase de desescalada. Alberto Pagola, el hasta ahora teniente de alcalde sustituye en el cargo a Miguel Ros, que se mantiene como concejal y que ostentaba la alcaldía de la localidad desde junio de 2015. El traspaso de poderes es fruto de un acuerdo alcanzado en el inicio de la legislatura. La localidad, conocida por el emblemático monasterio de Iranzu cuenta con numerosos vecinos mayores de 70 años que, desde el 2 de mayo, salen a caminar por el paseo del río y los regadíos. El matrimonio formado por Francisco San Martín, de 92 años, y Luisa Morrás, de 82 años, explicaba a Calle Mayor que estos días pasados los han vivido “con mucha incertidumbre”. Reconocían, además, que jamás han vivido una situación parecida y que han echado de menos, sobre todo, a todos sus hijos y nietos. “Ya echábamos de menos que nos diese la brisa en la cara”, concluían ambos.

NAZAR
Por la calle de la Fuente y en dirección a Otiñano

La pequeña localidad del valle de La Berrueza, cuenta con unos 40 habitantes, que han vivido el confinamiento de manera tranquila y con precaución. Los vecinos se muestran contentos de que todos han gozado de buena salud y de que no ha habido sustos por el coronavirus. Esta cuadrilla que se puede apreciar en la fotografía coincide en que ya era hora de poder salir al aire libre y de que esta situación es un hecho histórico, ya que nadie recuerda algo parecido. En Nazar, la calle de la Fuente, la zona de la iglesia y el camino que se dirige hasta la localidad de cercana de Otiñano, son los trayectos más transitados estos días de paseos al aire libre.

Pedro María Morrás
85 años 

 Ya tenía ganas de salir. No he pasado miedo, durante el confinamiento he estado tranquilo y no tenía miedo a contagiarme. Nunca he vivido algo así.

Gloria Piérola
72 años

Sí tenía ganas de salir ya, he pasado miedo, pero casi tengo ahora más miedo al contagio, al salir a la calle. Y tengo ganas de ver a mis hijos y nietos, nunca me había tocado nada parecido.

Mari Paz Ruiz de Villalba
80 años

La verdad es que no he pasado miedo durante el confinamiento, ni miedo al contagio. Lo he llevado bien. Ya era hora de poder salir, esta situación es inédita y nunca he vivido nada igual.

Rosario Murua
85 años

El confinamiento lo he llevado muy bien, no he pasado miedo, ni tengo miedo al contagio, si pasa, pasa y si le llega la hora pues ya está. Tengo ganas de salir, aunque como en el pueblo he podido ir a la huerta pues bueno… ¡Jamás he conocido otra cosa igual!

Pantaleón Carlos
86 años

No he tenido miedo ni tengo miedo al contagio. En el pueblo me he sentido muy seguro y tranquilo, así que las ganas de salir, bueno… Como he podido estar sentado en la puerta de casa pues las ganas son relativas. No he vivido una situación igual.

Jacinto Simón
78 años

He llevado bien el confinamiento, no he tenido miedo, pero sí mucha precaución. Tengo ganas de salir para poder ir a trabajar la huerta, que ya es tiempo, y quedan muchas cosas por plantar. Jamás había pasado nada parecido.

Ignacio Bujanda
82 años

Tengo ganas de salir porque soy asiduo a la partida de cartas en Los Arcos, todos los días, y no he podido durante todo el confinamiento. No he tenido miedo, pero sí prudencia y cautela por la situación. Jamás he vivido una situación así.

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