La escuela de música brindaba por segundo año a su alumnado la oportunidad de participar en un acto diferente con un doble objetivo. Por un lado, que los escolares disfrutaran haciendo música en la calle y, por el otro, contribuir a un buen ambiente musical en la ciudad. Pasadas las seis de la tarde, el grupo salía del edificio de San Benito, cuando la luz natural casi había desaparecido del todo, tras el cambio horario tres jornadas antes.
El grupo de músicos, muchos de los integrantes vestidos con disfraces tétricos, tocó durante el recorrido que unía las plazas de la Coronación, de San Juan y de Santiago por espacio aproximado de una hora.
Los vocalistas e instrumentalistas interpretaron un variado repertorio: pasacalles mientras caminaban y pequeñas actuaciones en algunas paradas. La agrupación vocal, en concreto, ejecutó dos temas relacionados con Halloween, ‘Chúmbala cachúmbala’ y ‘Tumbas por aquí, tumbas por allá’.
El pasacalles de la escuela de música fue avanzadilla de otros momentos que en torno a la fecha señalada del 1 de noviembre reservaba la ciudad. Por un lado, Lizarra Ikastola organiza para la tarde del 31 de octubre la celebración de Gau Beltza.
Así, desde las 16.30 hasta las 18.30 horas, el patio del centro ofrecerá pintxopote, photocall, pinta-caras, el rincón del miedo, una yincana y canciones.
Dos citas
A las 18.30 horas, comenzará una kalejira de disfraces tradicionales que discurrirá por la plaza Coronación, calle San Andrés y plaza de los Fueros hacia la plaza de Santiago donde, a partir de las 19 horas, habrá música, danza, salto de calabazas en torno a la fuente y chocolatada.
La iniciativa, abierta a toda la ciudadanía, supone un retorno a las raíces para celebrar en comunidad las culturas propias. Lizarra ikastola cumple así con su compromiso de contribuir a fortalecer las tradiciones locales a través del trabajo colaborativo.
Pasado ya el 1 de noviembre, día de los difuntos, el sábado 2 la casa de la juventud María Vicuña organiza una nueva edición del ‘Pasaje del terror’. Desde las 17 hasta las 20 horas, el espacio se trasforma para poner a prueba la valentía de los participantes, jóvenes entre los 12 y los 22 años, que serán invitados a entrar si acuden disfrazados. La participación es gratuita hasta completar aforo. La experiencia regalará sustos, sorpresas y diversión. Eso, garantizado.