OTRAS NAVIDADES

OTRAS NAVIDADES

Vecinos de Estella de diferentes países explican la celebración de estos días en sus lugares lugares de origen

La Navidad es el periodo más importante del año para los países de mayoría católica. Se celebra el nacimiento de Jesús y se presenta el marco perfecto para las reuniones familiares en torno a la buena mesa. En Estella se decoran las calles y la tradición de los Reyes Magos y del Olentzero llena de ilusión los hogares. En las siguientes páginas, vecinos de la ciudad del Ega con diferentes orígenes, religiones y culturas, cuentan sus propias tradiciones.

““Se preparan muñecos con ropa vieja rellenos de serrín y por la noche se queman, junto con los malos pensamientos”. Lorena Salazar.”

Lorena Salazar Urgiles. Ecuador.

Navidad de influencias española, nórdica y norteamericana.

Explica Lorena Salazar Urgiles que el origen de la Navidad en Ecuador procede de la cultura española, con influencias de los países nórdicos, como la colocación del abeto, y de Estados Unidos, como la elaboración del pavo. Además de ello, apunta, cada región tiene sus matices y sus propias costumbres. “La tradición que yo conozco es la de la sierra, la de mi familia”, explica la joven, natural de Quito.

Durante el periodo navideño destaca la Novenica del Niño, que se celebra del 15 al 24 de noviembre y termina con reuniones familiares. Como buena parte de las navidades y de otras celebraciones del mundo, la Navidad en Ecuador está muy ligada a la gastronomía. “La Novenica la terminamos con la degustación de colaciones, que son unas bolitas de maní con azúcar, y con ron pope para los mayores, que lleva leche, especias, huevo y ron. Durante la Novena, el niño está tapado con una mantita que el 24, cuando nace, se retira”, explica Lorena Salazar, del restaurante Astarriaga. 

La cena de Navidad gira en torno al pavo, muy habitual, aunque no se prepara en todas las familias. El pavo relleno se asa en el horno y a veces se acompaña con pan de pascua y buñuelos rellenos de quesillo fresco y servidos con jarabe de panela. Los tamales de maíz molido rellenos con carne o queso se realizan con la hoja ‘bijao’, que nace a final de año, y también son muy tradicionales. “El maíz lo muele el hombre porque cuesta mucho esfuerzo y son las mujeres las que elaboran el condumio. Siempre acompañado con café americano, y se toman para el desayuno o la merienda”, apunta Salazar, de 33 años. 

Platos y dulces abundan durante la Navidad en Ecuador, tradiciones culinarias a las que se suman otras como la celebración del año viejo el 31 de diciembre. “Cada familia prepara un muñeco con ropa vieja relleno de serrín y protegido por una caseta hecha con hojas de eucalipto. Es costumbre pasear y ver los monigotes que han preparado las familias, incluso a veces hay concursos. Por la noche, los hombres se visten de viudas y piden limosna por las casas. A las doce de la noche se quema el viejo, junto con los malos pensamientos. El viejo suele representar al político o personaje de turno”, añade Lorena Salazar. En cuanto a los regalos, en Ecuador es cosa de Papá Noel, que los entrega el mismo día 24 antes de que los niños se vayan a la cama.

Nadya Hvoineva y Desislava Ivanova. Bulgaria.

Platos sin carne en número impar para la cena de Nochebuena. Brindis con anillo de oro para dar la bienvenida al año.

Además de horas de trabajo diario en la panadería, Nadya Hvoineva y Desislava Ivanova comparten su origen: Bulgaria. En estos días de ambiente navideño recuerdan las tradiciones de su país, costumbres que varían dependiendo de la región en un país de mayoría cristiana ortodoxa. Ivanova, de 32 años, procede del norte, y explica que con su familia siempre ha celebrado, como en España, los días 24, 25 y 31 de diciembre y el 1 de enero.

“Yo encuentro la Navidad aquí bastante parecida a la de Bulgaria. Sí es cierto que el tiempo es diferente, que allí la Navidad está nevada, todo es muy bonito. Celebramos en familia y tenemos muchas costumbres como la preparación, el día 24, de un número de platos impares y sin carne. La carne se deja para el día 25”. 

Explica Ivanova que habitualmente la encargada del menú es la persona mayor de la familia, generalmente la abuela. “Se pone un poco de todo lo que se tiene en casa: legumbres, trigo, hojaldres, ensaladas… Adornamos la mesa, colocamos una vela, oramos y después cenamos”, explica. También se elaboran pasteles de hojaldre salado que esconden papeles de la suerte en su interior. 

Nadya Hvoineva, de 36 años, lleva 14 años en España, uno más que su compañera. Dice que ha pasado mucho tiempo de la última Navidad celebrada en su país y que lo que más echa de menos es la reunión en familia. “El día de Nochevieja, cuando pasaban las 12, íbamos al bar de mi tío toda la familia. Salíamos de casa pero seguíamos en familia, bailábamos, lo pasábamos muy bien. Aquí eso es distinto porque lo que se hace es salir con la pareja o los amigos”, cuenta. 

Y en vez de uvas, esa noche de tránsito entre un año y el otro, el oro era el protagonista. “En mi casa, a las doce, brindábamos con champán. Poníamos algo de oro, por ejemplo un anillo, en la copa como signo de buena suerte y pedíamos un deseo”, explica. Este año, Nadya Hvoineva, como en los anteriores, se reunirá con sus hermanos, vecinos de Pamplona, mientras sus padres y su hermana celebran en Bulgaria. Asegura que las nuevas tecnologías les permitirán hablar y seguir las celebraciones muy de cerca a pesar de la distancia. 

Mostafa Mohallem. Marruecos.

Celebración mayoritaria del cambio de año.

Carnicero de profesión, Mostafa Mohallem, natural de Tánger (norte de Marruecos) lleva 18 años en Navarra, cinco de ellos en Estella. Con 47, casado y con un hijo, asegura que a pesar de las diferencias culturales y religiosas, en su país se celebra la Navidad. “Yo recuerdo siempre celebrar el día 24 y el fin de año se celebra también muchísimo; diría que el 80% de la población lo celebra y se felicita. Las cosas han cambiado mucho. Hace cinco años fui a mi país y me impresionó porque la celebración estaba muy normalizada, sobre todo entre la gente joven. Es cierto que la gente mayor y, sobre todo en los pueblos, es más cerrada y más conservadora”, explica.

Las comidas familiares marcan también en Marruecos estos días, y no faltan, asegura, los regalos. “Se hacen comidas especiales, siempre se han organizado en mi casa. Los marroquís somos gente de celebrar en torno a la comida. Y en cuanto a los regalos, yo recuerdo que siempre he tenido, pero distinto. Aquí en estas fechas se consume mucho”. 

Asegura Mostafa Mohallem que los días de Navidad en Estella no serán para su familia muy diferentes al resto del año. “Para mí son días de trabajo, me afecta la Navidad sobre todo porque aumenta el trabajo. Sí es cierto, que con mi hijo hacemos vida de aquí y vamos a celebrar el día 24 y el 31, y en Reyes para el crío habrá regalo”, cuenta. 

Como vecino de Estella, Mohallem entiende que su vida está ahora aquí e intenta no echar demasiado la vista atrás. “Antes, sin hijos era distinto, pero ahora en Marruecos solo tengo a mi padre. Mi familia está aquí, mi casa está aquí, mi bajera, mi trabajo… Las cosas han cambiado mucho”, añade.

Néstor Corbo Moyano. Argentina.

Navidad familiar en temporada de verano.

La Navidad en Argentina es muy parecida a la de España. Lo diferente es el clima. Aquí es muy bonito porque a veces hay nieve, pero allá hace calor, y el tiempo también es muy lindo. Mis suegros tenían una finca grande, comíamos a la sombra y cenábamos también fuera hasta altas horas de la noche”, cuenta Néstor Corbo Moyano, de 55 años, natural de Lobo, en la provincia de Buenos Aires. 

Casado con María Luisa Beruete Sancho, oriunda de Estella, y con cuatro hijos, la familia regresó a los orígenes de ella hace 14 años. La ciudad del Ega es su nuevo hogar, su presente y su futuro. “El cariño por tu tierra siempre lo tienes, pero ahora estoy aquí, con los que más quiero, con mi familia. Estamos bien aquí”, añade, aunque en estas fechas se acuerde de tiempos pasados, cuando, como creyentes, los miembros de su familia acudían a la misa del gallo o sus hijos participaban en belenes vivientes. 

“El 24 se iba a misa del gallo, el 25 se celebraba misa de Navidad y este día era cuando se preparaba pasta. El 31 se hacía el asado y despedíamos el año en familia, brindando y con fuegos artificiales. Después, los jóvenes salían a las confiterías bailables y algunos barrios cerraban las calles para poner música y bailar, siempre con respeto por el vecino”. 

Apunta Néstor Corbo, con ascendencia italiana, que la celebración del periodo navideño se hace en Argentina de una manera más modesta. “Aquí se consume mucho más a nivel gastronómico. En Argentina lo típico es la pasta y la carne pero se hace muy difícil ver una merluza en la mesa. Las familias con nivel económico lo preparan pero no es lo habitual. En cuanto a los postres, tenemos los turrones, el panettone, y la macedonia de frutas naturales que como es verano y está fresquita apetece mucho, y helados, helados muy ricos”, explica.  

Pei Yun Chen. China.

Un periodo comercial antes del Año Nuevo Chino.

China es un país con minoría católica por lo que la Navidad no se entiende como un periodo del año importante. Para el pueblo chino –cuyas religiones mayoritarias son el confucionismo, el budismo y el taoísmo- la Navidad de los católicos es únicamente una manifestación puramente comercial en las grandes ciudades. Así lo explica una de las ciudadanas del país del sol naciente afincada en Estella desde hace varios años, Pei Yun Chen, de 32 años.

“La Navidad se celebra en las ciudades grandes, no en los pueblos. Se nota en los centros comerciales porque ponen los árboles y las luces. Las entradas a la ciudad también se iluminan, pero la razón es solamente comercial. El día 1 de enero sí es festivo en China, pero para nosotros lo importante es el Nuevo Año Chino, una fecha cambiante que este año cae el 31 de enero”. Según el calendario chino, el 2015 es el año Cabra. 

Este es el momento clave para el pueblo chino, que afronta entonces ocho jornadas festivas; una fecha que Pei Yun Chen lleva mucho sin celebrar y que le encantaría revivir. “Llevo quince años en España y solo he vuelto a mi país por vacaciones, pero nunca coincide con el Nuevo Año, porque aquí toca trabajar mucho. Es una semana muy bonita y se ponen en las calles grandes adornos rojos para atraer la buena suerte”, explica. 

El nuevo año chino simboliza la bienvenida a la primavera, o fiesta de la primavera, y a esta fecha van unidas, como la Navidad católica, las reuniones familiares en torno a la gastronomía típica, que en china es a base de pescado, carne, arroz y sopa y sus múltiples variedades, y sobre todo, los Reyes. 

Jorge Montero Intevian. Cuba.

Un cubo de agua para que se lleve todo lo malo.

Jorge Montero Intevian, de 26 años y natural de La Habana (Cuba), va a pasar su cuarta Navidad lejos de su país. En estas fechas mantendrá en buena parte las tradiciones de su tierra acompañado de sus padres y dos de sus hermanos, también vecinos Estella, aunque note la ausencia del resto de su familia junto con la que ha crecido. 

Explica Montero que la principal diferencia entre las dos navidades, la cubana y la de Estella, reside en la consideración del día más importante de este periodo. “Aquí se celebra mucho más la noche del 24 al 25 mientras que en Cuba es al revés, le damos todo el protagonismo a la noche del 31 de diciembre al 1 de enero. Es cuando se hace más fiesta familiar y nos reunimos para cambiar el año. A las doce de la noche llamamos a los que están lejos y visitamos a los vecinos casa por casa; podemos estar una o dos horas de recorrido. También esa noche, porque el clima lo permite, nos tiramos un cubo de agua por encima, desde la casa hacia la calle, para quitar todo lo malo del año viejo”, cuenta. 

El 31 es en Cuba el día del asado de cerdo. Las familias asan al puerco y lo toman acompañado de ‘arroz con gris’, además de la lechuga y de la yuca con mojo. “Nos juntamos toda la familia, menos los que están lejos; aunque siempre que pueden vienen de vacaciones en estas fechas y se quedan unos días”. 

El 1 de enero, año nuevo en Cuba, es festivo, no solo por el inicio de un nuevo año, sino también porque es el día que triunfó la revolución. “En la noche del 31 brindamos con sidra, derramamos la sidra porque cava no hay”, añade el joven, que gestiona actualmente el restaurante La Tasca. 

¿Y los regalos? “Nosotros conocemos a los Reyes Magos por influencia española. El que puede prepara un detalle y el que no puede no hace nada, pero los niños cubanos son muy avispados y no han oído hablar de Papá Noel. Si les dices que entra por las chimeneas no te creen. Te dirían, ‘pero si nuestras casas no tienen chimenea…’, ríe Montero. 

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