Las obras integran el denominado Parque de las Esculturas y, procedentes de una finca privada de López en Murieta, que discurre paralela a la carretera nacional, embellecen ahora el paraje natural próximo al polideportivo. El jueves 24, Félix Mari López, de 86 años, cumplía con su responsabilidad en el balcón del consistorio ante la mirada atenta de sus vecinos.
La explosión del cohete hacía estallar la alegría en el pueblo por unos días tan esperados y llegaba el momento de empezar a disfrutar con un aperitivo, o escudilla, en la trasera del edificio consistorial, animado por la txaranga Mutil Gazteak. Mientras tanto, en el salón de plenos se procedía a la imposición de pañuelicos a los niños y niñas nacidos durante el último año.
El jueves era el día para la primera comida popular de la juventud en el frontón. Seguía con pasacalles a cargo de la txaranga y Arno Ganadería mostraba a sus animales en el helipuerto. La música, los disfraces, el toro de fuego, la cena popular y la música de verbena llenaban la agenda de la jornada inaugural.
El viernes fue en Murieta el Día del Niño y para ellos se instaló un parque infantil durante la mañana y por la tarde. El 25 era el día grande, con misa y procesión en honor a San Esteban Protomártir, junto con los gigantes y la música de gaita. Punto fuerte del programa fue la calderetada que reunió a los vecinos y a las cuadrillas en el polideportivo. No faltaron el viernes los disfraces para los más pequeños.
Llegó el fin de semana cargado de atractivos para vecinos y visitantes en una localidad anfitriona que siempre consigue una alta participación. El sábado 26 hubo txistorrada en el frontón a modo de vermú, música, paellada popular, carrera ciclista, una actuación de magia, y, por supuesto, música, mucha música. Para cerrar la programación festiva de este año, el domingo comenzó con dianas, siguió con misa, con música de mariachi, con partidos de pelota, chocolatada y más música que dio paso al pobre de mí.