La feria de ganado, situada entre campos, a la entrada de la localidad, recibía a los visitantes como muestra de la tradición ganadera y agrícola de la localidad. A las diez se celebró la misa mayor, con la presencia del arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Florencio Roselló, que quiso oficiar la misa de este día en la que se despidieron los padres escolapios, que ya no ofrecerán sus servicios en la zona, ya que se trasladan a Tafalla.
Hacia las once de la mañana, en la plaza, tuvo lugar el paso de testigo del día del valle, que recayó en manos de los habitantes de Arzoz, localidad encargada de organizar este día el año que viene. También hubo un reconocimiento a los niños y niñas empadronados en el valle en los últimos cinco años.
Tras los actos institucionales se ofreció un aperitivo con productos locales en la plaza del pueblo, momento en el que se fue congregando un mayor número de personas. Los Gaiteros de Tudela amenizaron el momento. Un grupo de zanpanzares recorrió la plaza y las calles del pueblo haciendo sonar sus cencerros. Mientras tanto, los más pequeños se divertían en el parque infantil, con los juegos y el hinchable, y en el rincón del pintacaras y las calcomanías.
Los asistentes pudieron disfrutar, además, de una visita guiada por los escudos heráldicos del pueblo. También hubo feria de artesanía, exposiciones fotográficas, muestra de trajes del carnaval rural del valle y de plantas medicinales, y una exposición de monedas y billetes de diferentes países del mundo.
Comida popular con 440 comensales
Una gran carpa acogió a las 440 personas que disfrutaron de la comida popular. A las seis de la tarde, los más pequeños se divirtieron bajo la lluvia con los ponis y las vaquillas. A pesar del tiempo, las ganas de fiesta se impusieron y la ronda copera se celebró con éxito. La jornada continuó con fuegos artificiales y con conciertos a cargo de los grupos Jaitzlisko, Trikidantz, La Mala Pekora y DJ Félix Onfiesta, que atrajeron a más público y la fiesta se alargó hasta el amanecer.
Caluroso adiós a los padres escolapios
La iglesia de Iturgoyen se llenó durante la celebración de la misa mayor del Día del Valle de Guesálaz. Numerosos vecinos y vecinas de distintos valles se dieron cita en este lugar para despedir a los padres escolapios que ofrecían servicio en la zona desde el año 1995. Ofició la misa el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Florencio Roselló, que se dirigió a los presentes mostrando agradecimiento y pena a la vez. “Los padres escolapios se tienen que ir. No hay sacerdotes para atender las distintas realidades. Esto se impone y hay que aceptarlo desde la fe y también con realismo. Mi sueño sería que no tuvieran que irse de este lugar donde me consta que han sido felices y han realizado un buen trabajo”, reconocía Florencio. Anunció, además, que se ofrecerán diferentes eucaristías en la zona y que será el padre Javier Resano de Estella el encargado del equipo de sacerdotes, ayudado por los vicarios y los padres teatinos de Iranzu.
Desde aquí, diferentes vecinos y vecinas de los valles de Guesálaz y Yerri envían un abrazo a Arturo Ros Gallo y a Juan Pedro Azcona Múgica.
Valoraciones positivas de la jornada festiva
JUAN ANTONIO URRA
Alcalde del valle de Guesálaz
“El reto de sacar este día para adelante se cumplió, con un programa variado, siendo el plato fuerte los conciertos. Hubo mucha gente y una gran participación. La lluvia hizo amago de estropear la fiesta, pero las ganas de pasarlo bien, lo impidieron. Otro día del valle más para el recuerdo. Esperamos ya con ganas la próxima en Arzoz”.
NEREA URABAYEN
Presidenta del concejo de Iturgoyen
“En Iturgoyen estamos muy contentos con el desarrollo de la fiesta del valle. Queremos agradecer a todos los vecinos y vecinas la gran colaboración y también al gran número de visitantes que acudió a nuestro pueblo a disfrutar de la fiesta. Desde los diversos colectivos musicales, gastronómicos, etc., están muy contentos y agradecidos, y se han ofrecido todos a volver, así que estamos muy orgullosos de haber mostrado esa imagen como pueblo”.