“Montar a caballo me aporta libertad, autonomía y seguridad”

“Montar a caballo me aporta libertad, autonomía y seguridad”

El vecino de Muniain, con graves problemas de visión, ha encontrado en la hípica una afición que le permite superarse día a día

Josean Solana Rojo (19/12/1970) no se marca límites. Su fuerza de voluntad le permite afrontar los retos que la vida le pone en el camino. Por eso, montar a caballo, a pesar de haber perdido casi toda la visión y sufrir fotofobia, intolerancia a la luz, es una actividad que asume con valentía.

“Parece que el caballo se da cuenta de que no veo y no 

quisiera hacer nada que me perjudique”  

Vecino de Muniáin, ha recibido trasplante de córnea en los dos ojos y se encuentra a la espera de un nuevo trasplante. En la actualidad, su capacidad de visión varía según el día, dependiendo de cómo funcione la córnea y de la luz que exista; en sus mejores momentos es capaz de apreciar formas y a veces colores.

La afición a la hípica le abordó por casualidad, a través de su hija, y desde hace dos meses recibe clases en Ayegui, bajo la  dirección del técnico deportivo equino Reynaldo Armendáriz. Armendáriz es sus ojos y su caballo, un hispano-árabe tordo, de 13 años y nombre ‘Campero’, su fiel compañero de aventura. 

¿Cómo comenzó tu afición por la hípica?

Fue por mi hija, que es muy aficionada a los caballos y empezó a dar clase. Vimos la oportunidad de tener un caballo y, como yo venía con ella a cuidarlo y cepillarlo, experimenté la cercanía del caballo. Un día pensé que también podría montarlo. Para mí es como una terapia, me siento muy bien. 

¿Está siendo fácil el aprendizaje?

Fácil no es, porque me cuesta mucho todo el tema del equilibrio. No es sencillo llevarlo recto y arrearlo para que trote, pero con Reynaldo todo es mucho más asequible. Él me indica hacia dónde tengo que ir, hacemos diagonales y poco a poco voy memorizándolo todo en la cabeza. Trabajamos siempre en pista, y siempre con Reynaldo, sólo yo no puedo ir. 

¿Qué te aporta esta afición?

Lo principal es la libertad, autonomía y seguridad. No tengo miedo sobre el caballo, me da mucha seguridad. El otro día tuve un percance, se quedó un recogedor en el centro de la pista y yo fui directo hacia él. El caballo lo piso, se asustó y fue un momento tenso, pero me agarré fuerte y en realidad me sirvió para ganar más confianza. 

¿Consideras un reto el hecho de aprender a montar a caballo?

Tengo mucha fuerza de voluntad, soy una persona que no se pone límites, no miro demasiado el riesgo, quizá soy demasiado decidido; por eso, me atrevo a montar a caballo. Probar cosas nuevas es para mí una motivación y una muestra de superación. 

¿Cómo suples tus problemas de visión?

Desarrollas otros sentidos. Yo percibo con el oído lo que no puedo captar con la vista. Estoy todo el tiempo pendiente de lo que oigo para anticiparme a las cosas y que el caballo no esté alterado. Lo importante cuando montas es no tener miedo, porque si lo tienes se lo transmites a él.

¿Cómo es ‘Campero’?

Muy noble, un caballo muy manso, muy bueno. Aunque tiene sus días, a veces está más vago, como hoy por ejemplo, que no le ha sentado muy bien que lo levantáramos y lo sacáramos de la cuadra tan pronto. 

¿Os lleváis bien?

La comunicación que tenemos entre nosotros es muy diferente y muy especial. Es como si se diera cuenta de que no veo y decidiera no hacer nada que me perjudique.

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Las clases

Reynaldo Armendáriz, técnico deportivo equino de grado 2, explica la dinámica de trabajo que dos días por semana realiza con Josean Solana. 

Lo primero es la preparación del caballo, en la que cada vez más activamente participa el alumno, con el objetivo de que algún día pueda realizarla completamente solo. La segunda fase consiste en el calentamiento del caballo. El instructor lo monta, ve su nivel de estrés y lo deja preparado para que el jinete lo pueda dominar. El trabajo duro empieza con Josean sobre ‘Campero’. “Comenzamos con orientación en la pista de domas y seguimos con otros aspectos como la impulsión del caballo, el asiento y la posición del jinete y el equilibrio sobre el asiento”. 

¿Objetivos? Asegura el preparador que de momento se trata de ganar toda la seguridad posible en el paso, trote y galope, en trazar diagonales e incluso realizar figuras. “Después, si vemos que es factible, podríamos probar la competición en para-ecuestres, pero sin ningún tipo de plazo”, añade.  

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