
Xabier Sukunza da un paso más y comparte algunos de sus conocimientos y paseos favoritos en el libro ‘Rutas para vivaquear y fotografiar las estrellas’, que presenta el 7 de noviembre a las 19 horas en la biblioteca de Estella. Un segundo libro, en este caso de fotografía de paisaje, ve la luz este mismo mes bajo el título ‘Rutas fotográficas en la naturaleza’.
¿Cómo nace esta atracción por el cielo nocturno?
Desde siempre he ido al monte con mis padres. Cuando me lo tomé más en serio, la actividad requería dormir y levantarse pronto, y así comencé a observar el cielo. Estar en la naturaleza te permite disfrutar el cielo nocturno mucho más que en las ciudades. Además, desde que era pequeño me ha llamado la atención el universo, las estrellas, los planetas, las nebulosas. Me gustaban las visitas al Planetario de Pamplona.
Entonces primero llega el monte y la afición por observar el cielo y después la fotografía.
Sí, una cosa va a la otra. Me gusta la fotografía porque mi padre siempre ha hecho fotos y me enseñó. Fue en 2017 cuando comencé más en serio, a raíz de un viaje a Islandia, donde vi las auroras boreales. Siempre he sido curioso y un día fui a hacer una foto a las auroras y salió bastante negra. Me di cuenta que ahí empezaba el reto de aprender, de investigar y descubrir que las fotos hay que hacerlas de manera manual y seleccionando los parámetros. Fui mejorando poco a poco con tutoriales de Youtube sobre la fotografía nocturna y luego seguí indagando más durante mi Erasmus en Noruega y luego en Canadá, donde hice tres meses de estancia predoctoral y pude sacar tiempo para mi afición.
Y después das un paso más, trasladar tu pasión a dos libros. Uno ya a la venta y otro a punto de salir. ¿Cómo ha sido?
Sí. Poco a poco fui mejorando en los procedimientos de captación de imágenes del cielo nocturno y en la montaña. Cuando vas al monte, al Pirineo al menos, no encuentras apenas contaminación lumínica y estás a mayor altura. Empecé a hacer viajes al Pirineo, a pensar en ubicaciones con posiciones desde las que hacer fotos nocturnas de la vía láctea, de lluvias de estrellas, cincumpolares, entre otras, y fue la editorial Sua, de Elkar, la que me contactó y me encargó un libro de rutas con ubicaciones concretas para hacer las fotografías.
Es una guía de rutas asequibles para gente no experta, para senderistas, aunque incluya también alguna propuesta más técnica en zonas más expuestas. Explico en el libro de manera breve la técnica de la foto nocturna, la importancia de la planificación porque no es solo una cuestión de ubicación, sino también de posición de las estrellas, de entender el movimiento del universo y de tener en cuenta también la meteorología. Es importante que no haya luna llena, que supone contaminación lumínica. El otro libro, ‘Rutas fotográficas en la naturaleza’, es más general, sobre rutas para hacer fotos en Euskadi y Navarra, rutas en bosque, montaña, costa y llanuras. Se publica este noviembre.
¿Por qué te ha enganchado el cielo?
Me ha enganchado el hecho de que una foto nocturna capta mucho más el detalle y el color que tiene el cielo nocturno y que es imperceptible al ojo humano. En ello claro está tiene mucho que ver la técnica y la planificación porque no puedes ir a ver qué saco. Tienes que ir teniendo claro qué quieres conseguir, con un objeto decidido que vas a fotografiar en un momento del año determinado y con un encuadre concreto.
Entonces, ¿no es el ojo la mejor cámara?
Es la mejor cámara en condiciones de luz normales. Cuando la luz escasea el ojo humano deja de percibir el color, por ejemplo. Sí que es verdad, y la gente se sorprende cuando lo cuento, que el ojo se acostumbre a un cielo totalmente oscuro porque lo haces a la oscuridad y ya no necesitarías ni luz para ir por el monte. Pero no ves el color. Si acostumbras el ojo ves la vía láctea, pero no con tanto color ni con tanto detalle que con una cámara, que sí los capta.
¿Cómo describes la belleza del firmamento?
Me deja mudo. Me puedo quedar mirando una región del cielo minutos y no me doy cuenta, me deja abobado, me hace pensar lo pequeños que somos. Quien no lo haya hecho, quien no haya mirado al cielo con detenimiento, le animo a que suba a Urbasa y lo haga. Es muy difícil encontrar en Navarra un cielo puro, sin contaminación, pero Urbasa lo permite y, un paso más, para disfrutar del cielo es ir al Pirineo. Uno de los cielos más limpios se encuentra en el valle de Belagua y en mi libro recomiendo una ruta muy sencilla desde el refugio para disfrutar del cielo.
¿Es una afición que te conecta con la naturaleza?
Es una cuestión de captar la belleza y también un privilegio poder estar en zonas remotas, sin cobertura, para evadirme y centrarme en la naturaleza pura y dura. La conexión es total con la naturaleza.
¿Qué secretos esconde el cielo? ¿La observación te ha revelado alguno?
Me ha revelado que hay nebulosas, galaxias, regiones de la vía láctea que no percibimos y verlas con la cámara es algo impresionante. Te das cuenta de que realmente hay algo allí. Eres consciente de lo que universo esconde, incluso te hace sentirte un poco astrónomo porque sientes lo que debieron sentir las personas que descubrieron cosas hace muchos años.
¿Es complicado fotografiar el firmamento?
No es sencillo. Necesitas mucha motivación porque, aparte de que las técnicas son complejas, llegar a conseguir un resultado aceptable lleva tiempo. La paciencia es imprescindible, sin ella te frustras.
¿Has captado alguna de las auroras boreales que se ha podido ver en estas latitudes últimamente?
No he tenido tiempo, no he podido. Es una oportunidad impresionante, pero que la gente no piense que son como las que se ven en Islandia. Las auroras aquí tienen un color diferente, más rojizo y difuso, y no se mueven de igual manera. Que la gente no vaya con demasiadas expectativas.
¿Qué material utilizas? ¿Es una afición la de fotografiar el firmamento en la que se puede iniciar cualquier persona?
Yo tengo una cámara, dos teleobjetivos, un trípode, que es imprescindible, y un elemento que compensa el movimiento rotatorio de la tierra para, por ejemplo, poder hacer una foto de tres minutos y que las estrellas no salgan movidas. Animaría a la gente a que no tenga miedo para iniciarse, porque con poco material se puede. Con la cámara, el teleobjetivo y un rastreador de estrellas es suficiente.
ME QUEDO CON…
Las fotografías de nebulosas
El elemento más bello del firmamento para Xabier Sukunza son las nebulosas. Una zona que asegura ha fotografiado mucho es la Constelación de Orión. “Son siete estrellas y parece que sólo vemos las estrellas, pero la constelación esconde muchas nebulosas, es una región muy rica en nebulosas”. Explica el experto que, para fotografiar nebulosas, las exposiciones de la cámara han de ser muy largas y que para evitar el ruido de la imagen igual hay que sacar 300 o 400 fotos y sobreponerlas. “Es un trabajo de muchas fotos y de años. Yo tengo proyectos de hacer tres noches de idas al monte y volver a repetirlo al año siguiente. El nivel de detalle que se consigue es impresionante”. Esta imagen es el resultado de fotografiar la Constelación de Orion, con sus nebulosas, uno de los trabajos de los que el autor más satisfecho se encuentra.
Web: https://xabiersukunza.com/