
¿Cuándo comienzas a sentir la inquietud por el canto?
Puedo contar una anécdota. Cuando tenía tres años mi madre decía ‘¡pero si esta hija no habla!’. La verdad es que era tímida y yo me expresaba mucho mejor cantando. Quizá no hablaba demasiado porque lo mío era cantar, era lo que más me gustaba desde pequeña. La verdad es que para hablar ya estaban mis hermanos, que no callaban y que me decían a mí “tú calla, que eres la pequeña”.
¿Cuál ha sido tu vinculación con la música y el espectáculo?
La primera vez que canté enfrentándome a un público fue en 1995. Empecé con un grupo de jotas que se llamaba ‘Temple estellica’, después cambió a ‘Acordes de Navarra’. Pero me parecía que la jota no transmitía lo suficiente. La letra y la voz sí, pero por ejemplo, la postura, con brazos en jarra, no permite al cantante expresarse. Disfruté mucho durante mis años con la orquesta ‘Síngalo’, desde el 2001 hasta el 2009. En un orquesta cantas de todo, desde boleros hasta mexicanas y hasta Barricada, lo que toque. Luego hice un parón grande, cuando nacieron mis hijas, y desde 2014 hasta el año pasado formé parte del grupo de mariachis ‘Amanecer ranchero’.
¿Qué pasó después?
En 2017 decidí grabar un disco, con un poco todo. Quería hacer lo que de verdad me apetecía. Se llamó ‘Mi mundo’ e incluí boleros, música pop, una canción en inglés, una mexicana y también un tema propio. Me quedé muy contenta. Ahora, como autónoma, estoy preparando mi segundo disco que va a ser de música latina: merengue, salsa, bachata, cha-cha-chá, cumbia tecno-mambo. Serán sobre todo versiones pero también tengo dos canciones propias.
¿En qué estilo te encuentras más cómoda?
A mí lo que más me gusta es el pop romántico, es con lo que más disfruto.
¿Y tus artistas favoritos?
Me gusta mucho Bisbal, por la fuerza que tiene en el escenario; Rosana, por su sencillez; Gloria Estefan por la música y Marcela Moreno, por lo mismo, por una música muy bien hecha.
¿Has pensado alguna vez dedicarte profesionalmente?¿Cómo está el panorama?
En este campo hay mucha competencia y en las actuaciones toca bajar precios, hasta un punto, claro. En esto triunfa el que tiene un nombre, o un padrino y, si no, si quieres vivir sin ser una estrella toca trabajar mucho, también en otras cosas para poder costearte el mantenimiento de tu equipo, los viajes y las dietas. Yo nunca me he metido en esto de lleno, así que hago lo que puedo por mi pasión hacia la música.
¿Qué es lo que más te gusta de una actuación?
Que cuando salgo ante el público se me olvida cualquier mal rollo que pueda tener en la cabeza. En el escenario me siento libre y no me da vergüenza. Desaparecen los nervios y me da mucha fuerza y mucha autoestima.
¿Cómo te hace sentir la música?
Me da mucha paz. No estoy todo el día con la música en los oídos pero, si estoy en un sitio y oigo una canción, me cambia hasta el pensamiento. La música contagia las emociones, tiene ese poder. Y no te digo nada si es música de baile, me levanto rápidamente de la silla.
¿Tu sueño?
En mi mente está ahora seguir haciendo lo que me gusta. Sin ambiciones, sin pensar que voy a hacerme famosa porque nunca ha sido mi objetivo. Cuando actúo me gusta hacer felices por un rato a las personas que están ahí, sean los que sean. Si son cuatro, son los cuatro que necesito y que tienen que estar.
ME QUEDO CON...
‘Llénalo con tu amor’
“La última que he creado, un tecno-mambo titulado ‘Llénalo con tu amor’. Porque la he compuesto yo, porque me apetece mucho cantarla y porque está inspirada en el amor que siento en estos momentos”.