“Un aurresku en la plaza de la Coronación abrió el acto de homenaje”“Este premio devuelve a mi madre la honra que le fue arrebatada cuando le quitaron el título, la consideraron persona non grata y se puso fin al proyecto que había empezado”, declaraba Arantza Azpiroz, tras recoger el premio junto con tres de sus hermanas. “Era una persona especial, con mucha sensibilidad y grandes inquietudes intelectuales”, añadía, ya en posesión de la familia el seiburu de madera y la medalla de oro con la efigie de Manuel Irujo.
La fiesta que organiza la asociación Irujo Etxea, dedicada en esta ocasión a Petra Azpiroz, comenzaba en torno a las 12.45 en la plaza de la Coronación. Un aurresku, bailado por la danzari Tamara Comas, servía de bienvenida, antes de subir al salón de actos de la escuela de música Julián Romano, donde se desarrolló el acto institucional. Integrantes de la coral Ereintza dieron el saludo en la sala, seguido por la introducción del presidente del colectivo, Koldo Viñuales.
El historiador Josu Chueca daba después un discurso en el que se refería a la memoria histórica. “La memoria histórica se centra en los fusilados y en los desaparecidos durante la Guerra Civil pero el franquismo tuvo también su repercusión cultural y se llevó por delante ikastolas como la de Estella. En la lista de 750.000 personas represaliadas no aparecen personas como Petrita Azpiroz que sí deberían aparecer”.
En el acto de entrega del décimo Premio Manuel Irujo estuvieron presentes un buen número de invitados procedentes del ámbito de la política: el diputado Iosu Erkoreka (PNV), los parlamentarios José Ángel Aguirrebengoa (PNV), Patxi Zabaleta (Aralar) y la diputada socialista, la estellesa María José Fernández. Del Ayuntamiento acudieron los ediles María José Irigoyen (UPN), Ricardo Gómez de Segura (PSN y miembro de Irujo Etxea), Fidel Mugerza (CDN) y Raúl Echávarri (PSN). También acudieron representantes de Eusko Ikaskuntza, Udalbide, así como el director de Lizarra ikastola, Iosu Repáraz.