La concejala de Cultura del Ayuntamiento de Estella-Lizarra, Ana Duarte, presentó al artista y su obra, que por primera vez llega a Estella. “Estamos ante una selecta y bella muestra cuyo epicentro temático es el paisaje. El paisaje es un misterio que nos conecta con la naturaleza porque necesitamos esa colisión armónica entre lo que nuestros ojos ven, entre lo que necesitamos sentir y lo que representa, y el artista lo hace de manera magistral”, destacó. Desde el Museo Gustavo de Maeztu, Silvia Corrales adelantó que el hilo conductor de la obra es la relación del paisaje con la materia y el diálogo que se establece entre ambos elementos en cada uno de los cuadros. Carlos López González se licenció en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, en la especialidad de pintura (1989-1994).
Entrada gratuita La entrada a la nueva exposición del Museo Gustavo de Maeztu es gratuita y se puede visitar de martes a sábado, de 9.30 a 13.30 horas, y los domingos y festivos, de 11 a 14 horas.
Es profesor asociado en la Universidad Pública de Navarra desde 2009 y ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en Tudela, Pamplona, Logroño, Madrid y Bilbao, entre otras ciudades. El artista explicó que tanto los paisajes de las Bardenas como los mares que dan vida a sus cuadros trascienden la mera descripción del paisaje. “Trato de introducirme dentro de las dos temáticas gracias a la reflexión en torno a los viajes. Los lienzos de mares son sobre todo de Asturias, gracias a las fotos que haces en vacaciones y a la reflexión de horas y horas desde el sillón de mi estudio. Todo es fruto de lo que llevas dentro”, explicó. A diferencia de los paisajes de las Bardenas y los mares, las tormentas nacen de la imaginación del artista. “Son abstracciones, salvo una línea que sugiere un campo o una línea de agua y la parte superior del cuadro, que pueden referirse a una nube o a una nube cargada con agua a punto de romper. En este caso no me baso en fotos ni imágenes, por eso es lo más introspectivo y lo más personal de mi obra”. Carlos López destaca que sus paisajes, la inmensidad de la naturaleza, no necesita de la presencia humana. Por eso sus cuadros carecen de ella. “El paisaje me lo da todo”