Los trabajos han consistido en la adecuación de la arena, en total 1.320 metros cuadrados y un diámetro de 41 metros, y se ha divido en dos pistas. Se han colocado porterías y una red para diferentes disciplinas como el vóley playa, el tenis playa o el balonmano.
También se han hecho pequeñas mejoras en la instalación, como el pintado de la fachada y el perímetro interior y se han cambiado algunas puertas, todo ello con una inversión de 6.500 euros.
También está pendiente para los próximos meses la reforma más importante, que consiste en ampliar el acceso interior a la plaza desde el patio de caballos, dotándola de mayor anchura y altura para que puedan acceder camiones. De esta manera también se le podrá dar un mayor uso a la plaza.
La licitación se realizará en las próximas semanas con una inversión cercana a los 41.000 euros. Otros 5.000 euros se van a destinar a la eliminación de barreras arquitectónicas dentro de la plaza, una de ellas para permitir el acceso a los baños en la puerta principal.
De pi-pi can a cancha deportiva
Polémica fue la decisión del Ayuntamiento de Estella-Lizarra en abril de 2019, con Koldo Leoz (EH Bildu) como alcalde, cuando se decidió abrir la plaza de toros de Estella para el uso y esparcimiento de los perros de la ciudad, con el objetivo de dotar a la ciudad de un espacio donde pudieran correr con seguridad y sin molestar.
La llegada a la Alcaldía de Gonzalo Fuentes, de Navarra Suma, tras las elecciones de mayo de ese mismo año, trajo consigo el cambio de algunas decisiones tomadas previamente por su antecesor, entre ellas, eliminar el uso de pi-pi can de la plaza y reservarla para las fiestas taurinas. Nuevamente, la plaza está de actualidad. En esta ocasión, con su acondicionamiento como cancha deportiva especialmente dirigida a los deportes de playa.