La nieve dejó paso al hielo y al agua

La nieve dejó paso al hielo y al agua

Los copos comenzaron a caer a última hora de la tarde del 8 de enero. El sábado, Tierra Estella amanecía completamente blanca

La gran nevada del invierno llegó en enero. El octavo día del 2010 la nieve hizo presencia en Navarra y muy intensamente en su parte occidental, incluyendo Tierra Estella. También las localidades ubicadas al oeste de la comarca fueron las más perjudicadas por las precipitaciones que formaron un manto blanco de hasta sesenta centímetros en valles como Améscoa y Lana.

“Los valles de Améscoa, Lana y Valdega fueron los más afectados”
En Estella, la nieve comenzó a hacer su acto de presencia en torno a las nueve y media de la noche del viernes día 8 con sosiego y contundencia. Las precipitaciones durante la noche permitieron que la ciudad del Ega amaneciera el sábado con una estampa blanca que animó a sus vecinos a sacar la cámara de fotos y pasear por los rincones nevados de la ciudad.
No hubo problemas en Estella a consecuencia de la nevada. De hecho, desde el mismo viernes, cuando comenzó a nevar, se activó el plan de emergencia y dos coches todo-terreno habilitados con cuñas comenzaron a despejar algunas calles y los puntos más conflictivos. El sábado a las nueve de la mañana, la quietud reinaba en Estella. La brigada de servicios, la policía municipal y la empresa encargada de la limpieza viaria, Cespa, reforzaron sus plantillas y se pusieron manos a la obra para abrir caminos y despejar accesos. Améscoa, el valle de Lana y Valdega ofrecían también fotografías dignas de admirar, como las que se recogen en estas páginas, gracias a la colaboración de alguno de nuestros lectores.

Hasta sesenta centímetros de nieve llegaron a acumularse en algunos puntos de la merindad; sobre todo en Améscoa, donde días después perduraba la nieve en calles y campos, y en el valle de Lana, origen de buena parte de las imágenes recogidas a continuación.
Después de la nieve, llegaba a los pueblos de Tierra Estella el hielo y las gélidas temperaturas, con complicaciones para el tráfico rodado en las carreteras y para los peatones en las calles. Los quitanieves trabajaron a pleno rendimiento para esparcir sal y minimizar en la medida de lo posible los riesgos al volante y los resbalones en las calles.
 
La lluvia también quiso hacer presencia invernal la primera quincena del año. Las precipitaciones de agua, unidas a temperaturas menos frías avanzada ya la semana, contribuyeron a deshacer la nieve y a subir los caudales de los ríos, llegando en algunos puntos a inundar campos, como el Urederra, e incluso a cortar carreteras, como la NA-7455 Oco-Otiñano, en Abáigar, y la NA-7413 en Learza. El Ega en Estella subió su caudal y alertó a los comerciantes y propietarios de inmuebles próximos al puente Azucarero, pero, afortunadamente, no fue más que una amenaza. •

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