“Los valles de Améscoa, Lana y Valdega fueron los más afectados”En Estella, la nieve comenzó a hacer su acto de presencia en torno a las nueve y media de la noche del viernes día 8 con sosiego y contundencia. Las precipitaciones durante la noche permitieron que la ciudad del Ega amaneciera el sábado con una estampa blanca que animó a sus vecinos a sacar la cámara de fotos y pasear por los rincones nevados de la ciudad.
No hubo problemas en Estella a consecuencia de la nevada. De hecho, desde el mismo viernes, cuando comenzó a nevar, se activó el plan de emergencia y dos coches todo-terreno habilitados con cuñas comenzaron a despejar algunas calles y los puntos más conflictivos. El sábado a las nueve de la mañana, la quietud reinaba en Estella. La brigada de servicios, la policía municipal y la empresa encargada de la limpieza viaria, Cespa, reforzaron sus plantillas y se pusieron manos a la obra para abrir caminos y despejar accesos. Améscoa, el valle de Lana y Valdega ofrecían también fotografías dignas de admirar, como las que se recogen en estas páginas, gracias a la colaboración de alguno de nuestros lectores.
Hasta sesenta centímetros de nieve llegaron a acumularse en algunos puntos de la merindad; sobre todo en Améscoa, donde días después perduraba la nieve en calles y campos, y en el valle de Lana, origen de buena parte de las imágenes recogidas a continuación.
Después de la nieve, llegaba a los pueblos de Tierra Estella el hielo y las gélidas temperaturas, con complicaciones para el tráfico rodado en las carreteras y para los peatones en las calles. Los quitanieves trabajaron a pleno rendimiento para esparcir sal y minimizar en la medida de lo posible los riesgos al volante y los resbalones en las calles.
La lluvia también quiso hacer presencia invernal la primera quincena del año. Las precipitaciones de agua, unidas a temperaturas menos frías avanzada ya la semana, contribuyeron a deshacer la nieve y a subir los caudales de los ríos, llegando en algunos puntos a inundar campos, como el Urederra, e incluso a cortar carreteras, como la NA-7455 Oco-Otiñano, en Abáigar, y la NA-7413 en Learza. El Ega en Estella subió su caudal y alertó a los comerciantes y propietarios de inmuebles próximos al puente Azucarero, pero, afortunadamente, no fue más que una amenaza. •