Testigo de muchas de las mejoras del camposanto de Ayegui es Esteban Haro Legarda, de 50 años, y empleado de servicios múltiples del Ayuntamiento de Ayegui desde hace 28 años. “Los miembros de la brigada de servicios múltiples nos encargamos entonces de la renovación del camino del cementerio que fue una obra importante porque mejoró mucho la accesibilidad de los vecinos”, recordaba Esteban Haro, que durante los días previos a la celebración de Todos los Santos ha llevado a cabo tareas de mantenimiento junto a otros dos componentes de la actual brigada, Asier Apesteguía y José Ángel Sánchez. “En Ayegui cada familia mantiene sus sepulturas, nichos y demás, pero nosotros nos encargamos de vaciar los contenedores y adecentar las zonas comunes, sobre todo, durante estos días previos a Todos los Santos”, concluía Esteban. Desde el Ayuntamiento informan de que este año se ha llevado a cabo la renovación de nichos “algunas familias han decidido renovar y mantener a sus seres queridos en los nichos, otras personas los han pasado a columbario y otros han decidido depositarlos en el osario”, apuntaban desde el Consistorio.
El cementerio viejo, una misteriosa hermosura
Ayegui cuenta con otro cementerio, más pequeño, que fue sustituido por el construido en el paraje de Oncineda en 1974. Entrar en este lugar invita a meditar y a contemplar la belleza del paso del tiempo en un lugar misterioso, que todavía es visitado por algunas personas que tienen allá a sus seres queridos fallecidos.