“Mikel Queralt tiene el privilegio de estudiar Biología Marina enLa beca Erasmus es un programa de intercambio que brinda a los universitarios la posibilidad de realizar sus estudios en un país europeo diferente. Fue creada en 1987 y desde entonces el número de jóvenes dispuestos a aprender en otro lugar ha aumentado considerablemente.
el Polo Norte”
Mediante la movilidad académica, los jóvenes pueden vivir entre tres meses y un año en lugares que en otros casos no visitarían. Este es el caso del estellés Mikel Keralt Azcona, de 22 años, estudiante de último curso de Biología en la Universidad de Navarra. “Yo tenía claro que quería irme a estudiar fuera. Es una oportunidad única. Tuve diferentes destinos donde elegir pero al final opté por Tromso, Noruega. De otra manera, no creo que hubiera viajado hasta aquí”, explica desde su destino.
El joven estudiante viajó a principios de agosto para instalarse en su nuevo lugar de estudio. Lleva viviendo en el norte de Noruega desde entonces y afirma estar muy integrado en el ambiente de la Universidad. “Lo más difícil es el idioma, aunque poco a poco me voy defendiendo, y el clima. En agosto estamos ya en invierno y en enero las temperaturas pueden descender hasta los 18 grados bajo cero. Además, hay temporadas de noche las 24 horas del día y al revés”, señala.
La beca Erasmus también sirve para complementar los estudios universitarios con títulos especializados. “Al venir a Tromso, a 350 kilómetros del Polo Norte y situado en medio de un Fiordo, la universidad me daba la oportunidad de sacarme la titulación de Biología Marina. Es una suerte poder estudiar Biología Ambiental en el Polo Norte”, dice Mikel Keralt.
A punto de volar
En la mayoría de los casos el momento esperado de viajar se realiza a finales de agosto y a principios de septiembre. Es el ejemplo de la estudiante de Lade Internacional Leyre Díaz Pinillos, de 20 años. En su caso es obligatorio realizar el tercer curso de carrera en otro país mediante la beca Erasmus. “Es un requisito en mi carrera estudiar durante un curso en otro lugar. Yo quería que fuera un sitio donde aprender inglés, porque es necesario para mi trabajo y elegí Hamstad, en Suecia”, expone la estellesa.
Leyre cogió rumbo a Hamstad el pasado 20 de agosto. La curiosidad y las ganas se apoderaban de ella conforme se acercaba la fecha. “Estoy nerviosa, pero por la emoción. Sé que voy a echar de menos a mi familia y a mis amigos, pero, también sé que va a ser una experiencia única en la que voy a conocer mucha gente, voy a viajar y voy a aprender inglés”, hablaba la estudiante de Lade, antes de salir de viaje.
Para poder viajar sin que surja ningún imprevisto, las universidades facilitan un contacto que haya realizado la beca al mismo lugar. “A mi me ha estado aconsejando una chica que estuvo allí el año pasado. Me dijo qué residencias coger, qué hacer con la línea telefónica y cómo emplear y guardar el dinero, ya que allí no se usa el Euro”, añadía la joven.
La generación Erasmus se define por tener un gran espíritu emprendedor, viajero y con afán de vivir experiencias únicas. Es el caso de Nerea Jordana Leza, de 22 años, que finalizará sus estudios de Químicas en Pavia, Italia. “Siempre he tenido claro que quería ir a algún lado. Además, tengo una amiga que realizó el Erasmus a Portugal y me animó a que yo también lo hiciera. Es una oportunidad única para conocer mundo, aprender y disfrutar”, argumenta Nerea Jordana.
El calendario lectivo en Pavia comienza más tarde, por lo que Nerea viajará a Italia el próximo 22 de septiembre. “Todavía tengo tiempo para preparar mi viaje. Por ahora, sólo he reservado el vuelo. La residencia la buscaré una vez esté en Pavia, ya que me han recomendado que lo haga desde allí”.
Los estudiantes que realizan la beca Erasmus aprovechan la estancia para viajar a los países vecinos y para acoger a amigos que les quieren visitar y, de paso, conocer el lugar de un modo económico. “Yo espero viajar mucho y conocer muchos sitios. También espero que mis amigos y mi familia vengan a visitarme para poder viajar juntos”, dice Jordana con ilusión. Sin duda, los viajes y la diversión también son compatibles con la cultura y la formación.