GASTIÁIN | Rincón occidental del valle de Lana

“Gastiáin mantiene viva la tradición de elaborar carbón, una de las características del valle de Lana“

Gastiáin es la localidad más grande del valle de Lana, aunque sea Galbarra la cabecera de valle. Se enclava en el ángulo que forman la sierra de Lóquiz y los montes conocidos por los lugareños como Tulba y el Alto de San Cristóbal. Encerrado en esta estribación, se entiende porqué a la localidad y al valle se les denomina “la pequeña Rusia”. El nombre viene dado por su ubicación y, sobre todo, por las bajas temperaturas del invierno. La altitud de Gastiáin, 680 m, y el hecho de encontrarse en las faldas de Lóquiz originan inviernos nevados.

El pasado de Gastiáin, extensible al valle, está plagado de avatares. Difícil de reproducir todos ellos, cabe destacar la huella de los pobladores de la Edad del Hierro, ya que se han encontrado dos castros de este periodo en el término, y la clara presencia de los romanos. En el término de Berrabia hubo una fortificación donde se hallaron nada menos que treinta estelas funerarias que se reutilizaron para la construcción de la ermita de San Sebastián de Gastiáin. Entre 1913 y 1943 fueron llevadas al Museo de Navarra.

Durante la Edad Media, todo el valle sufrió las consecuencias de ser frontera entre el Reino de Navarra y de Castilla. Otro hito importante sucedió en 1960 cuando el Rey Felipe IV reconoció a todos los moradores del valle hijosdalgo por ”antiquísimas mercedes”. Los diversos blasones en las fachadas, que aún hoy se conservan, son muestra de ello. Más próximo en el tiempo, durante la Guerra Civil, Gastiáin fue incendiado y como compensación el Rey perdonó el impuesto que pagaba sobre el despoblado de Iriberriberrigutxia.

De vuelta al presente, la localidad muestra una estética cuidada y varias son las actuaciones que el Concejo ha realizado, mientras que otras se encuentran pendientes. El presidente, Rubén Landa Martínez, explica que durante la anterior legislatura se sacó la piedra de la casa concejil y se acondicionó el archivo. Asimismo, se arregló el cementerio y se pavimentó el camino de acceso. Para el próximo Plan Trienal el pueblo presentará la pavimentación de alguna de las calles del pueblo. “También tenemos pendiente la rehabilitación de al menos uno de los dos lavaderos que se conservan en el pueblo. Forman parte de nuestro patrimonio”, declaró. ç

El turismo es uno de los aspectos destacables en Gastiáin. La localidad ofrece al visitante dos casas rurales y es el único pueblo del valle que tiene una tienda de ultramarinos y un estanco. “Los fines de semana se animan con la gente que viene a las casas rurales y también pasan muchos montañeros y ciclistas por aquí. La tienda no sólo ofrece servicio a los vecinos sino también a quienes se acercan al pueblo”, añadió el responsable concejil.

 La actividad económica en la localidad mantiene la tradición agrícola y ganadera. Siete personas del pueblo se dedican de manera exclusiva y existen tres ganaderías, dos de vacuno y una de porcino. Como testimonio de tiempos pasados, Gastiáin se puede enorgullecer de mantener viva la costumbre de elaborar carbón, una de las características del valle, gracias al vecino Enrique Landa Berrueta. “Antiguamente casi todas las familias elaboraban carbón. Se utilizaba para casa pero sobre todo se vendía a las industrias del País Vasco”, dice Rubén Landa, hijo del carbonero.

Además de por su tranquilidad y su entorno, Gastiáin puede enorgullecerse por contar con un hijo ilustre. Se trata del pintor Inocencio García Asarta (Gastiáin 1861 – Bilbao 1921). Formado en la Academia de Bellas Artes de Vitoria, García Asarta ejerció su profesión en Roma, París, Barcelona, Madrid y Bilbao. Su obra se encuentra en el Museo de Navarra y en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. •