¿Cómo has recibido este premio?
Lo sabía desde el año pasado, por lo que ahora no ha sido sorpresa, pero me ha hecho mucha ilusión, un reconocimiento siempre gusta. Es de agradecer al promotor, a la organización, a los clubes que presentaron mi propuesta y a la familia, que me han aguantado, sobre todo mi mujer.
¿Eres un incondicional? ¿Qué papel ha jugado y sigue jugando el deporte en tu vida?
Soy un incondicional, por supuesto. Empecé en esto del esquí no tan joven como empiezan ahora. La primera vez que fui a la nieve tenía 14 años, me dejaron unos esquís para subir un monte. Con 16 empecé a ir al Pirineo y a conocer. Después, mientras estudiaba en la universidad de San Sebastián, que pertenecía a la Universidad de Valladolid, participé en dos Campeonatos de España universitarios, luego llegaron otras competiciones. También me gustaba ir a esquiar unos días en familia y fue a través de mis hijos cuando empecé a implicarme más. Los chicos querían esquiar más, así que les apuntamos a los entrenamientos de la Federación de Deporte de Invierno. En 1987 fui cofundador del Grupo de Esquí de Estella y durante años, miembro de la directiva de la Federación. Sigo viviendo el deporte a través de mis hijos, Jokin sigue compitiendo, actualmente en Freeride, en la Free World Qualifier.
¿Qué ha hecho el club por el deporte de la nieve?
Dicen que organizar viajes y salir al Pirineo, pero esa es solo la parte social. La verdad es que facilitamos a la gente que quería ir a estaciones a esquiar y organizamos salidas, incluso una semana todos los años a los Alpes. También hemos organizado muchos cursos para aprender a esquiar y de perfeccionamiento, hubo unos años dorados. Y fomentamos la competición. El club ha tenido equipos de fondo, de esquí alpino, de telemark y de freestyle.