A tan sólo unas jornadas del inicio de las fiestas de Estella, Mariló Montero se acuerda de su “lugar en el mundo” y asegura que vendrá a compartirlas con la gente que quiere. Difícil escoger, disfruta con cada uno de sus actos, desde el cohete hasta la abadejada.
¿Qué recuerdos tiene de su infancia y de su juventud en Estella?
Los recuerdos son permanentes porque siguen en mí muy vivos. Más aún después de grabar el programa ‘Volver’, que me ha vuelto a abrir las puertas de mis recuerdos, sobre todo cuando volví al matadero. Ha sido como abrir un libro de mi infancia
¿Qué echa de menos de su ciudad natal?
Nada, porque nunca me he ido de ella y tengo conmigo todo lo que la vida mantiene con vida. Hasta quienes se fueron se mantienen vivos en mí.
¿Imaginaba en su juventud la trayectoria profesional que está teniendo?
En la juventud, cuando uno imagina las cosas, se imagina un mundo enorme y quiere descubrir cada uno de sus rincones. Cuando vas creciendo vas descubriendo nuevas ramificaciones. Yo voy descubriendo mi vida poco a poco, y me sigo sorprendiendo.
¿Es el programa ‘Las Mañanas de la 1’ su mayor reto o ha vivido otros más importantes?
No hay un único reto en nuestra vida. La vida tiene retos constantes que se han ido superando poco a poco a medida que avanza el tiempo. Primero fue la EGB, después el instituto, más tarde aprobar la carrera. Todo ha sido un rosario de retos. Ahora mismo afronto al mayor reto al que me he enfrentado, que es ser la presentadora del programa “Las mañanas de la 1”.
¿Ha percibido un incremento de popularidad con el programa?
He percibido un incremento de trabajo con el que me siento plenamente satisfecha y con el cual me siento realizada. Tiene mucho que ver que me tiene muy separada de la percepción pública. Sé que por las cifras de audiencia ha sido un reto constante y que hemos alcanzado el objetivo que teníamos para esta temporada. La gente ha captado el principal objetivo: la cercanía.
¿Qué otros objetivos profesionales le quedan por cumplir?
No soy el pulpo Paul, tendré que preguntarle. No tengo prisa. No trato de subir peldaños que todavía no se hayan presentado ante mí.
¿Y personales?
Ser madre y tener una familia es una carrera inagotable que me va a ocupar toda mi vida; y probablemente sea la que me llena de mayor orgullo y satisfacción.
¿Cómo vivía antes las fiestas y qué significan para usted en la actualidad?
Para mí las fiestas de Estella son el corazón del año. Son el punto rojo donde nos encontramos toda la familia y las amigas. Es el reencuentro anual para mí. Sí que la manera de vivirlas ha evolucionado de cuando era joven a la actualidad porque vivo fuera. Pero las disfruto con la misma intensidad y entusiasmo que cuando era chiquilla.
¿Viene este año a compartirlas con su gente? ¿Intenta venir todos los años?
Si, voy todos los años. De momento, aun teniendo trabajo, voy a Estella uno o dos días mínimo e intento reunirme con mi familia y mis amigas.
¿Su acto favorito de las fiestas?
Desde el cohete hasta la Abadejada.
¿Sabe bailar la Era?
Por supuesto, la aprendí de pequeña porque estaba en el grupo de danza, pero mis clases de piano requerían más concentración y tuve que dejarlas. Pero esas cosas, como el Padre Nuestro, no se olvidan. Seré más o menos habilidosa, pero claro que sé.
¿Recuerda alguna anécdota entrañable o algún momento especial vivido en estas fechas?
Sería injusto destacar un momento sobre otro por la compañía. No obstante, vivo con la misma intensidad las fiestas esté con amigos, con la familia o me encuentre con gente por la calle. Cada minuto que estoy en Estella es sumamente especial, vital.
Seguramente hablará de Estella en su círculo personal, ¿como describe la ciudad?
Hablo de Estella siempre, permanentemente la tengo en los labios. Hablo en la intimidad, en pequeños y grandes grupos, y siempre la defino como “Estella la bella, que no la ves hasta que estas en ella”. Es “mi lugar en el mundo”.
Como estellesa que vive fuera, ¿ha cambiado mucho la ciudad en los últimos años? ¿Qué cambios importantes observa?
La ordenación urbana es lo que más me llama la atención. He de decir que me he sentido como quien se encuentra con el decorado cambiado. Veo con tristeza que la gente va cambiando de lugares, van desapareciendo locales, la gente mayor… Veo la peatonalización de las calles, el cambio de los juzgados… Pero el hecho ir a Estella con tanta frecuencia hace que no haya sufrido un shock y lo haya superado. Además, leo mucho Calle Mayor y estoy al tanto de todos los cambios.