
La comparsa preparó su jornada de puertas abiertas de una manera diferente a la acostumbrada. Para poder garantizar distancias y que todos los visitantes pudieran ver las fotos de las paredes del silo, así como a los gigantes y las cabezudas, se preparó un camino guiado. Al final de la visita, que tuvo una duración aproximada de 45 minutos, los gigantes bailaron tres piezas para el público. Doce giganteros participaron en la cita para dar vida a las figuras y controlar el buen desarrollo de la jornada.
Los gigantes bailaron al son de doce gaiteros, que fueron el deleite del nostálgico público
El presidente de la comparsa, Sergio Aramendía, hizo una buena valoración del encuentro. “La gente disfrutó, se notaba que había ganas de gigantes y que durante este tiempo solo los habían podido ver en vídeos. Muchos niños no los recordaban y algunos ni tan siquiera los conocían. Respecto a la comparsa, estuvimos bastantes giganteros para poder bailarlos y en algún pase bailamos a las ocho figuras”, explicaba. El público también pudo ver el vestuario renovado del Rey Moro.
Con la esperanza de poder regresar a las calles en cuanto la situación sanitaria lo permita, los gigantes y los cabezudos de Estella vuelven a descansar en el silo.