
El concejal Asier Urzelai explica que se está trabajando ya en un condicionado que permita hacer la idea realidad. “Hemos comprado los utensilios necesarios y ahora estamos haciendo un inventario previo al condicionado. Se está estudiando, desde el punto de vista legal, qué discriminación se puede hacer en el pliego de condiciones para la adjudicación; si podemos discriminar por edad y por la experiencia del candidato”.
La idea del consistorio es emplear la cafetería como servicio que permita brindar un primer contacto real con el mundo laboral a personas recién formadas; por ello, la duración del contrato sería de un año, prorrogable a dos. El edil apunta que la licencia sería única y exclusivamente de bar, aunque el gestor tendría acceso a la cocina para preparar pinchos. La venta de alcohol quedaría reducida a las bebidas de baja graduación por tratarse de una cafetería de un centro joven y su venta estaría prohibida para menores de 18 años, como establece la ley. Desde la casa de la juventud se valora de manera muy positiva la posibilidad de reabrir un servicio complementario que atendería las necesidades de los chavales que se reúnen en el centro y de los usuarios que participan en los cursos y actividades.
La animadora socio-cultural de la Casa, Eva Ponz, defiende el valor añadido que aportará su puesta en marcha. “Es un servicio extra con un valor importante para los jóvenes. Tendrían un espacio donde reunirse y estar a gusto, una alternativa a los chabisques, y les daría la posibilidad de relacionarse fuera de su entorno con otros chavales. Las máquinas que tenemos de comida y bebidas ya las usan mucho”, explica.
Desde Juventud se apunta, asimismo, que los precios serán controlados con la intención de evitar la competencia desleal.