“260 personas solicitaron en Estella la ayuda de Renta Básica.
En 2007, el número era 98
“
La crisis económica se convierte en social. Aunque Navarra tenga el segundo índice de desempleo menor del país, los 16,34 puntos no son baladí. Cada vez más familias cuentan con algún miembro desempleado y ven reducidos sus recursos hasta el punto – los casos aumentan- de verse obligados a pedir ayuda social para cubrir las necesidades básicas. El Servicio Social de Base del Ayuntamiento de Estella, Cáritas Interparroquial y Traperos de Emaús, verdaderos testigos del devenir económico, han percibido un importante aumento en la demanda de sus servicios.
Los datos hablan por sí solos. El Servicio Social de Base del Ayuntamiento de Estella ha contabilizado un incremento del 265% de las solicitudes de renta básica en los últimos cuatro años. De las 98 personas que lo solicitaron en 2007 se ha pasado a 260 en 2011 y en los cuatro meses de 2012 el número de solicitudes continúa en un ligero aumento.
La alcaldesa de Estella, la regionalista Begoña Ganuza, considera que la crisis ha tocado a las familias. “El cierre de empresas en Estella, y también en Pamplona, hace que la crisis haya llegado ya a las familias. En los Servicios Sociales cada vez hay más gente necesitada mientras que cada vez los recursos son menores”, explica.
La Federación de Concejos y Municipios de Navarra ha solicitado ayuda a los Ayuntamientos, incluido Estella, para la creación de un comedor social. “En Estella todavía no nos planteamos abrir ninguno, pero la Federación busca colaboración para Pamplona”, añade la primer edil.
Comida y ropa
Comida, ropa y también servicio de escucha son los recursos que dispone Cáritas Interparroquial para prestar auxilio a las familias de Estella más necesitadas. Su directora, Consuelo Suberviola, explica que lo que Cáritas tiene lo reparte, pero los recursos son limitados y el número de familias se ha incrementado en el último año. De 50 familias necesitadas se ha pasado a 86 que semanalmente acuden a la sede de la calle La Corte para recoger alimentos y pasar la semana.
“Nuestra campaña de Navidad es lo que nos permite pasar todo el año. En este 2012 contamos con 33.624 euros para la adquisición de alimentos y para que la gente se haga una idea, cada semana compramos y repartimos 300 litros de leche y 90 de azúcar, por dar tan solo algunos ejemplos.
Ahora son más familias y tenemos que estirarlo”. Una vez por la semana, Cáritas entrega a las familias un litro de aceite, cuatro de leche, uno de azúcar, lentejas, arroz, pasta, tomate, galletas y yogures. “Con nosotros colabora Eroski que nos da los yogures que están justos de fecha y algún producto roto que no pueden vender. Todo es más que bienvenido”.
Padres con hijos pequeños, en paro y sin prestación social y personas mayores representan el perfil más necesitado en Estella, según la experiencia de Cáritas. “El 25 % de las familias son naturales de Estella, que han dado el paso, con vergüenza, porque nunca antes han estado en esta situación. Sin trabajo, con hijos y con la obligación de pagar la hipoteca vienen en un estado precario. El resto son familias de etnia gitana e inmigrantes”.
Mientras que el martes se realiza en Cáritas el reparto de alimentos, los lunes es el día del vestido o del ropero que ofrece, sobre todo, ropa y calzado de abrigo. “Cáritas deja claro que nunca entrega dinero y, además, para recibir ayuda primero las familias tienen una entrevista con una asistenta social que valora su situación y cursa, si le corresponde, la ayuda de Bienestar Social. Nosotros hacemos de puente mientras esa ayuda institucional llega”, cuenta Consuelo Suberviola.
Donación y venta de segunda mano
Traperos de Emaús recoge y vende en su rastrillo productos de segunda mano. Los enseres, como ropa, muebles, electrodomésticos, artículos de decoración e incluso libros que la gente ya no quiere los recoge el personal de la ONG para ponerlos nuevamente en venta a precios simbólicos o para reciclar los diferentes materiales. Una larga cola de gente espera, sobre todo los jueves a las nueve de la mañana, en la avenida Yerri, a que se abran las puertas del rastrillo. Los miércoles un camión renueva en Estella la mercancía con artículos de Pamplona.
El delegado de tiendas de Traperos de Emaús, Ubaldo González Delgado, estima que en los últimos tres años se ha incrementado entre un 10 y un 12% las ventas cada año. “Mientras los comercios convencionales notan un descenso, nosotros aumentamos las ventas. Se trata de gente en una situación más desfavorecida que busca productos baratos que cubran sus necesidades básicas. Sobre todo muebles y ropa”, explica.
La crisis inmobiliaria también afecta a Traperos de Emaús en cuanto a la recepción de productos. “Nos repercute porque la gente no compra pisos, no cambia los muebles y, por tanto, no recibimos tanta mercancía. Además, lo que llega lo hace en peor estado porque la gente estira la vida de las cosas. Nosotros tenemos mayor labor de reparación antes de poner los productos a la venta. Ocurre lo mismo con las lavadoras, las televisiones y los frigoríficos, que ya no se cambian con tanta alegría”.
En opinión del delgado, el tipo de gente que acude al rastro de la ONG es fundamentalmente población inmigrante, pero no en exclusiva. “También tenemos población autóctona que acude a nuestra tienda en determinados momentos del día y un público fiel que contaba con nosotros incluso antes de la crisis”. El rastro de Traperos abre su puestas de lunes a viernes de 9.00 a 14.00 horas.
Título
FRAN YOLDI. Coordinador de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Estella.
“La ausencia de ingresos para cubrir lo básico ya no lo vemos de lejos; lo sufren el entorno cercano y nuestras familias”
La tasa de desempleo aumenta y afecta a familias hasta ahora con trayectoria profesional estable y perfectamente integradas en la sociedad que se ven obligadas a solicitar apoyo cuando agotan la prestación del Servicio Navarro de Empleo. El coordinador del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Estella, Fran Yoldi Idoy, destaca que las ayudas para cubrir las necesidades básicas son las más demandadas.
¿Cómo ve el Servicio Social de Base la situación de las familias
en Estella?
En Estella vivimos en una sociedad muy cohesionada, donde todavía la familia ejerce la función de parapeto frente a las adversidades. Venimos de una situación de desempleo estructural (4.5%), con un grupo de personas con dificultades de acceso al mercado laboral y con un porcentaje muy bajo de personas en situación de precariedad económica.
Con la crisis, han sido estas personas las primeras en acceder a las prestaciones por desempleo y, una vez agotadas éstas, a las prestaciones sociales. Sin embargo, durante estos últimos años, han sido expulsadas del mercado laboral personas que hasta el momento estaban perfectamente integradas, con trayectorias laborales estables y que no conocían el desempleo.
Es ahora cuando algunas de estas personas están ya agotando las prestaciones por desempleo y, ante la imposibilidad de acceder a un puesto de trabajo, recurren a las ayudas sociales. Todo esto ha implicado el incremento de las solicitudes de ayudas económicas para cubrir las necesidades básicas: vivienda, alimentación, gastos escolares, etc.
¿Se puede decir con propiedad que la crisis ha llegado a las familias?
El desempleo, la ausencia de ingresos suficientes para hacer frente a la satisfacción de las necesidades básicas ya no es algo que vemos de lejos, sino que lo estamos sufriendo en nuestro entorno cercano y nuestras familias.
¿Cuáles son las principales demandas que recibe el servicio?
La principal demanda que recibimos en el servicio es apoyo económico para cubrir las necesidades básicas.
¿Qué ayudas presta el Servicio a las personas y familias necesitadas?
Además las tramitaciones en materia de dependencias y de la atención a domicilio, desde el SSB se tramita la que tradicionalmente se ha venido llamando Renta Básica, que ahora se ha convertido en dos ayudas diferentes: la renta de inclusión social y la ayuda para la incorporación social y mejora de la empleabilidad. Se trata de prestaciones económicas de Gobierno de Navarra que van unidas a procesos de acompañamiento social desde el servicio social de base municipal. Hay que añadir que, en la actualidad, estas prestaciones se están cobrando con una media de cinco meses de retraso, con todo lo que esto lleva implícito. También hay que destacar que este cambio de prestaciones ha supuesto dejar fuera de esta “última red de protección” a una serie de familias, que pueden aproximarse a las 50 en esta ciudad.