
El estellés Iker Rodríguez Astarriaga, de 24 años, es el más veterano de los tres. Lleva practicando boxeo unos dos años, pero desde hace uno y medio participa en competiciones profesionales amateur. Su club es el Boxing Club Boxrus del barrio de la Chantrea (Pamplona). “El último año ha ido más o menos bien. Me llamaron de una competición de Bilbao muy buena pero como me lesionaron la nariz no pude acudir. Para un amateur como yo era un sueño. Esta próxima velada es la primera competición en la que participo después de la lesión”, explicaba a Calle Mayor. El vecino de Arróniz, Fernando Ajona, lleva un año entrenando para poder competir. Su club es el Team Marín de Logroño. “Siempre he tenido afición. Me inicié en una velada que se celebró hace un año en Arróniz y ya me piqué mucho con el boxeo. También vi lo que hacía Iker y como progresó y me decidí”, informaba Ajona. Debutó en septiembre en Salamanca y triunfó. De las tres competiciones en las que ha participado, ha ganado dos. “Siempre hay miedo antes pero esa adrenalina es la que engancha”, afirmaba. Iker Abajo de la Cruz, de Oteiza, pertenece también al club Boxing Club Boxrus, de la Chantrea. Su afición comenzó hace unos dos años con los amigos y después entrenó más seriamente en Estella. “Mi primer combate serio fue en el Fitbox de Pamplona. Empecé con una derrota pero eso no me desanimó. Esta velada de marzo va a ser importante”, destacaba Iker. Los tres afirmaban que entre ellos se apoyan y que es poco probable que les toque enfrentarse ya que no entran en los mismo pesos corporales.
Estos días previos al evento, los viven con ilusión, y afirman que, a pesar del miedo previo, los nueve minutos de pelea son el premio al entrenamiento y dieta diaria. Su sueño: “que se organice en Estella-Lizarra un evento de boxeo profesional”.