Tierra Estella cuenta con una de las mejores escuelas de iniciación a la escalada, la de San Fausto, situada en las inmediaciones del pueblo de Eraul. Además, la zona posee alrededor de 300 vías -de diversos niveles- para todo aquel que quiera disfrutar de este deporte de altura.
En este emblemático lugar, Peio subió por primera vez una peña. Al año siguiente de comenzar ya tenía claro que su gran pasión era la escalada y empezó a tomarse más enserio este deporte. A día de hoy cuenta en su trayectoria con un 8c -en la escala española de niveles de dificultad, las vías van del 4 al 9 aproximadamente y cada grado se divide también en a, b y c- por lo que Peio tiene un gran nivel. Tras recorrer todas las vías de San Fausto pasó a la escuela de Echauri, la que considera una de las mejores a nivel europeo.
“Necesito una unión permanente con la naturaleza”
“Creo que en Estella y merindad no hay mucha afición a la escalada a pesar de la suerte que tenemos de estar tan cerca de San Fausto y Lóquiz y a tan solo unos kilómetros de Echauri”, declara Peio.
Equipar vías de escalada
“Hay pocas personas que abren vías. Me encanta ir solo y buscar mis propios retos, disfrutar yo mismo de lo que voy descubriendo y de las vías que voy abriendo. Siempre quedarán mis huellas en esas rocas y me hace ilusión”, confirma.
Después de escalar diferentes niveles durante los primeros cuatro años, decidió convertirse en ‘equipador’ de vías. “Para dedicarte a esto lo primero que tienes que pensar es que lo vas a hacer de forma gratuita. Después tienes que estar mentalmente preparado. En la escalada la mente es muy importante para no cometer fallos y superarse a sí mismo”, detalla Peñas.
“Siempre quedarán mis huellas en esas rocas y me hace ilusión”
Peio nos cuenta que lleva abiertas unas 60 vías repartidas en zonas de la merindad como Lóquiz, Lezáun, Guembe y San Fausto. También ha abierto vías en Palencia y Cantabria. “La labor del ‘equipador’ consiste en analizar la roca para ver si está en condiciones de equipar. Una vez que considero que la roca es adecuada, me descuelgo desde arriba de la peña y voy colocando los seguros provisionales. Si veo que hay opciones vuelvo a subir y coloco los seguros definitivos. A veces también limpio la zona para poder acceder mejor”, describe.
Cinco días a la semana en las alturas
“Cuando escalo me evado de este mundo. Me sirve mucho para desconectar, me siento libre”, explica Peio. Afirma también que una de las cosas que aporta la escalada es que compartes mucho con los demás. “Te juntas en lugares preciosos a compartir un deporte en el que se suelta mucha adrenalina y son momentos y lugares que nunca se olvidan”, añade.
Peio no sigue ningún tipo de dieta para mantenerse en forma. Compagina su trabajo como reparador de pies de gato con las salidas a escalar. “Suelo ir cinco días a la semana, necesito una unión permanente con la naturaleza, el cuerpo me lo pide. Si estoy varios días sin escalar me pongo nervioso”, concluye. •
Kalymnos y otros lugares del mundo
Peio Peñas ha viajado en numerosas ocasiones para escalar en otros lugares del mundo. Ha estado en Suecia, Noruega, EEUU, Turquía, Italia y Grecia. Es la isla griega de Kalymnos el lugar en el que más ha disfrutado. Se trata de una pequeña isla con muchísimas vías para escalar. Las rocas son peculiares porque forman estalactitas y ofrecen vistas espectaculares al mar.
