El sábado 21 de mayo era, junto con el día grande, el 25, la jornada más festiva del programa. Comenzó con un multitudinario cohete a pie de plaza, en la de la Coronación, a cargo de la quinta de 1988, encargada este año de la organización. Con una panorámica de blanco y rojo y altas temperaturas, la jornada prometía. La música de charanga Jurramendi comenzó a sonar y los gigantes y cabezudos de Estella-Lizarra iniciaron su recorrido por las calles. Con su música se sumaba también a la fiesta con su propio itinerario la fanfarre Alkaburua.
Después de mucho dudar y de esperar hasta el último momento, la comida de la juventud se celebraba a cielo abierto, en la plaza de los Fueros. Largas mesas llenaban todo el espacio para acoger a los 516 comensales, número récord, de diferentes edades y con muy buen ambiente.
El trabajo realizado durante todo el año mediante la organización de diferentes eventos, como un campeonato de futbito y el concurso de carnavales, permitió que la quinta pudiera subvencionar el menú. Por 14 euros y con el valor añadido de unas cupelas de sidra, ningún interesado se quedó al margen. Fue en el contexto de la comida cuando la quinta del 88 pasó el testigo organizador a sus seguidores, la quinta del 89. Ccoronaron a dos jóvenes como representantes de su año.
La jornada seguía a ritmo de charanga por las calles de la ciudad hasta la plaza de toros, abarrotada, para ver el Grand Prix, en el que participaron cinco grupos de jóvenes. El coso taurino acogía no sólo a quienes disfrutaron de la comida en la plaza, también a muchas otras personas, jóvenes y familias, que se sumaron al espectáculo de la tarde. La quinta repartía bebida para combatir el calor. La salida de la plaza de toros coincidía con el encierro de ganado en la plaza de Santiago. Le llegaba el turno a esta plaza, que recibía los tablones del encierro, donde no cabía un alfiler.
Poco después comenzaba el XVI Día del Baile de la Era, organizado por el grupo Ibai Ega, que realizó una demostración de las coreografías. El toro de fuego y los conciertos de Bourbon Kings y Zartako-k continuaban la fiesta.
El domingo fue un día más tranquilo con ambiente en la plaza de los Fueros gracias a la Feria de Artesanía del colectivo de Tierra Estella. Por la tarde se celebraba el segundo de los encierros, seguido de la suelta de vacas en la plaza de Santiago.
Día de la patrona
El miércoles 25 de mayo, festivo local, comenzaba con dianas y cogía fuerza con la subida del Ayuntamiento en cuerpo de Corporación acompañado por su comitiva y por una representación de Saint Jean Pied de Port. Primero desfilaban los danzaris de los grupos Ibai Ega, Larraiza y Virgen del Puy y San Andrés con los gaiteros. Después la banda de música y, por último, el Ayuntamiento, introducido por el edil socialista Jorge Crespo, como abanderado, por ser el más joven de la Corporación.
También participaron en la subida al Puy el portavoz socialista, Ignacio Sanz de Galdeano; el alcalde, Koldo Leoz, acompañado por sus compañeros de grupo Regino Etxabe, Asier Errazquin y Emma Ruiz. UPN contó con la presencia de Begoña Ganuza, Javier López, Javier del Cazo y Yolanda Alén. Geroa Bai estuvo representado por sus dos concejales, Ricardo Gómez de Segura y Pablo Ezkurra, y no acudieron los ediles de Ahora-Orain. En la basílica, a las 11 de la mañana, el arzobispo, Francisco Pérez, oficiaba la misa mayor.
Otro de los hitos del 25 de mayo, y de toda la programación preparada en torno a la Virgen del Puy, fue la comida exaltación del gorrín que, organizada por la Asociación de Comerciantes, Hostelería y Servicios, cumplía su octava edición. El buen tiempo permitía su desarrollo en la plaza Santiago, con el mejor de los ambientes. Para los 300 menús que se repartieron se asaron 35 gorrines y se cocinaron 54 kilos de pochas. Chuchín Ibáñez amenizaba con sus rancheras la sobremesa de una comida que fue posible gracias a la implicación voluntaria de un nutrido grupo de comerciantes.
Ambiente musical en las plazas de la ciudad ponían el punto y final a unas fiestas marcadas por el buen tiempo y la alta participación.
Homenaje en la calle del Puy
Haciendo honor a la calle con el nombre de la patrona, la sociedad Peñaguda rendía homenaje a uno de sus vecinos: Luis Vergarachea Monsabré, de 78 años, que esperaba el paso de la Corporación con txapela y con el ramo de flores que le habían entregado. Estuvo acompañado por su mujer, Ana María Pastor Araiz, y por sus hijas Ana y Marisa. Vergarachea, quien no dudó en saludar a todos los miembros del Ayuntamiento, recordó que durante 50 años vivió en la calle del Puy número 32, aunque ahora es vecino de la calle Espoz y Mina en el barrio de San Miguel. Para él, el homenaje fue “una gran alegría”. Vergarachea, que tiene cuatro nietos -Sonia, Anna, Diego e Iker-, destacó que el 25 de mayo lo celebraba siempre en familia.