
No hay fórmulas mágicas para gastar menos, pero sí fórmulas lógicas. Una de ellas es la utilización de la biomasa como combustible. La biomasa es una energía renovable que procede de los restos de los montes: leña, astillas o pellets (virutas de madera seca y prensada).
Tierra Estella tiene un 41% de su superficie de terreno forestal: está a nuestro alcance y es una fuente de energía sostenible y viable, tanto desde el punto de vista ambiental –es renovable y sanea el monte–, como del social –su aprovechamiento está considerado como un nicho de empleo– y, por supuesto, el económico –el coste de un kilovatio de energía obtenido del consumo de gasóleo c es de 9,18 céntimos; y el mismo kilovatio de astilla baja hasta 1,38 céntimos de euro–.
Una estufa de biomasa calienta las habitaciones de una manera rápida y sin mucho gasto, combinándose con el sistema de calefacción existente y con una instalación sencilla: solo requiere tener acceso a una salida de humos. Si hablamos de las calderas para calefacción y agua caliente, éstas se pueden instalar tanto en viviendas unifamiliares como bloques de viviendas, pudiendo alcanzar un ahorro de hasta el 50%.
Ahora que tenemos que empezar a prepararnos para el invierno, posiblemente la biomasa sea la forma de pensar en nuestro confort pensando también en nuestro entorno.