Asociación “Madres de Día”. Como en casa

“Navarra fue pionera en la regulación de este servicio con la aprobación de la Orden Foral de 2006 “

La extensión del servicio a la Merindad forma parte del interés del colectivo por llegar a diferentes puntos de Navarra, dado el éxito y aceptación que desde su implantación en Pamplona tuvieron las primeras casas, entonces llamadas ‘Casas Amigas’. De hecho, es la Comunidad foral pionera en España de la puesta en práctica de esta fórmula de ayuda a la crianza. En 2003 se abría el primer hogar y en 2006 el Gobierno de Navarra aprobaba una Orden Foral que recoge los requisitos para la apertura de una casa amiga. De hecho, desde 2006 hasta julio de 2012, las familias que optaban por este servicio recibían hasta un 50% de subvención. 

María Oteiza Echeverría es miembro y educadora desde hace ocho años de lo que primero fue la Asociación ‘Casas Amigas’ y ahora ‘Madres de día’, colectivo creado tras el cese de las ayudas hace casi dos años. Ella es la persona que en cuestión de unas semanas pondrá en marcha el proyecto en su propia vivienda en Ayegui. 

Conciliación

Oteiza se refiere al origen del proyecto que en la Actualidad es una red de siete viviendas que atiende un total de 28 niños. “La idea en Navarra nace en 2003, como un proyecto de conciliación familiar y laboral. Por un lado pensando en las madres para compatibilizar su vida personal con la profesional, y por otro, pensando en educadoras que después de criar a sus hijos ven dificultades para volver a trabajar. La idea fue muy bien acogida e incluso se recibió ayuda económica de Europa”, cuenta. 

¿Qué diferencias existen entre una guardería convencional y las casas de ‘Madres de día’? María Oteiza y el resto de educadoras del colectivo explican que muchas. El sistema se caracteriza por la atención individualizada y personalizada, por la flexibilidad de horarios beneficiosa para las familias, y la confianza y cercanía que se establece tanto con los padres como con los niños. “La confianza es lo que más valoran. Entienden que es la solución más próxima al hogar familiar porque al haber tres o cuatro niños la atención y las actividades son muy personalizadas dependiendo del momento de cada niño, porque cada uno es un mundo y tiene su propias necesidades”, explica Oteiza. 

Las casas de crianza reservan un espacio en la vivienda de la cuidadora para atender a los niños. Un espacio equipado con todas las necesidades, recogidas en la Orden Foral y referidas a metros cuadrados, normativa de la estancia y el material. La relación entre las familias y la educadora se cierra mediante contrato y la Asociación dispone de seguro de responsabilidad civil para todas las casas. A cada familia la elección por este tipo de crianza le cuesta entre los 360 y 420 euros al mes. La casa de Madres de Día de Ayegui se encuentra ya totalmente preparada para el recibimiento de los niños.

María Oteiza. Ayegui

“Trabajamos mucho la autonomía” 

¿Cómo es un día cualquiera en una casa de día?

Comienza con la recepción escalonada de los pequeños. Trabajamos mucho la autonomía, con acciones sencillas como quitarse el abrigo o ponerse las zapatillas de casa. Después organizamos actividades de acuerdo a las edades y también alguna en común, antes del almuerzo y de la comida que las familias nos traen. Es importante también el rato del juego libre y la siesta. Antes de la recepción de las familias, preparamos las agendas de cada niño con todas las anotaciones para que los papás sepan qué tal han comido, si han dormido, y muchas otras cosas. 

El número de niños es pequeño, ¿favorece su socialización? 

Cuando son tan pequeños la socialización no es tan importante como a partir de los dos años. Pero el hecho de que un bebé esté con niños de más edad también tiene sus cosas buenas. Los bebés aprenden de los mayores y los mayores entienden la importancia de ser más cuidadosos con los pequeños.