Andéraz, en silencio

La marcha de las hermanas se debe a un proceso de reestructuración de la congregación a nivel estatal. Los últimos nombres propios de la historia educativa y de Comunidad de Andéraz son los de las hermanas Victoria Pardos (superiora), Maxi Lacruz (directora del colegio), Carmen Ezcurra, Mª Luisa de Navarro y Gloria Solozábal. Las primeras páginas de esta larga historia se remontan al año 1922, cuando el Ayuntamiento de Abárzuza –que había comprado el palacio en el año 1900– cedió el edificio con seis robadas de terreno a la Congregación Hijas de María Religiosas de las Escuelas Pías –fundada en 1847 por Paula Montal– con la condición de que realizaran la labor educativa y que las niñas de Abárzuza tuvieran derecho a una educación gratuita, abriendo, igualmente, las posibilidades educativas a alumnos de otros lugares que bien podían pagar o disfrutaban de becas. Andéraz se convirtió así en un centro de referencia que impulsó el derecho a la educación de las mujeres. En ese mismo año, se inauguró el colegio de Primaria con 70 alumnas de la localidad junto con el noviciado –tiempo de formación para las escolapias–, que duró hasta el año 1970, cuando lo trasladaron a Zaragoza.

En los años posteriores se fueron sumando otras disciplinas educativas como Estudios Mercantiles, Cultura General y, en el año 1936, se implantó el Bachillerato Superior Libre. Otra fecha clave fue el año 1944, cuando las hermanas comenzaron a dar clases de Magisterio. En 1954 se reconoció al centro como ‘Nuestra Señora de la Escuelas Pías’, año en el que también se inauguró la iglesia del colegio.
Los años 70 trajeron consigo el nuevo Plan de Enseñanza. Desaparecieron las clases de Magisterio y se implantó la E.G.B., momento en el que además de las hermanas escolapias, profesores de la comunidad educativa comenzaron a ejercer en Andéraz. El curso 1992-1993 marcó el inicio del alumnado mixto. Ya en el 96, Andéraz asumió la educación Primaria y la ESO se trasladó al Consorcio Escolar de Mater Dei, Puy, Andéraz. En septiembre de 2012, los internos que terminaban Primaria en Andéraz pasaban al internado del Puy para dar continuidad a sus estudios con el mismo régimen, tanto chicos como chicas, lo que convirtió a la residencia de El Puy en mixta. Andéraz se mantuvo como internado para niños y niñas de Primaria desde tercero hasta sexto. El último curso culminó el pasado junio con 19 alumnos y alumnas. Con el cierre de Andéraz ya solo queda, en Navarra, el internado de El Puy.

El futuro del palacio de Andéraz, a estudio
El alcalde de Abárzuza, Miguel Ros, lamenta el cierre del colegio y la marcha de las hermanas escolapias y afirma que están estudiando las diferentes ideas que puedan ser viables para la utilización del palacio. “Lo que tenemos claro es que no vamos a abandonar el edificio. Haremos todo lo posible para ver que viabilidad se le puede dar a Andéraz. Ideas hay muchas pero hay que materializarlas y confirmar que son viables”, informaba Ros. Asegura que mantuvieron conversaciones con una empresa que se dedica a actividades educativas junto con una fundación. “Contemplamos la posibilidad de que Andéraz acoja cursos basados en las nuevas tecnologías, dirigidos tanto a profesores que quieran ampliar sus conocimientos como a la formación de alumnado. Es un centro muy grande, con posibilidad de pernoctación, por lo que se podrían plantear cursos largos de inglés, basados en las nuevas tecnologías, por ejemplo”, detallaba el alcalde de Abárzuza, Miguel Ros. Esta idea se trasladó al Departamento de Educación del Gobierno de Navarra pero, a raíz de las nuevas elecciones, está paralizado.

“La intención es retomar el tema con el nuevo Gobierno en septiembre”, detallaba Ros. También hacía referencia al hecho de que el Ayuntamiento de Abárzuza no dispone de poder adquisitivo para afrontar un nuevo proyecto, de manera independiente, por lo que necesita la colaboración de otras entidades públicas o privadas. “También está previsto llevar la fibra óptica hasta Andéraz. En el pueblo ya está instalada y ahora queremos llevarla hasta allá”, concluía. Lo que está claro es que el palacio de Andéraz, tarde o temprano, volverá a ser habitado o utilizado para algún fin que todavía se desconoce.