
¿Cómo comenzáis en el mundo de la gaita?
Mirentxu Duval. Mis padres son muy de Estella y les gusta mucho todo lo relacionado con las fiestas. Salíamos a las ocho de la mañana para ir al encierro y no regresábamos a casa hasta el mediodía. Entonces comíamos y echábamos un poco de siesta y, por la tarde, desde las seis hasta después de la Era de Estella estábamos otra vez por ahí. Un día, pasaban los gaiteros, y nos dijeron nuestros padres, “¿queréis que os apuntemos?” Y así empezó todo.
Eráis pequeñas, ¿cómo recordáis aquéllos momentos?
Mirentxu D. La primera vez que salimos fue en el cohete de fiestas el Viernes de Gigantes. Estábamos muy nerviosas y no nos sabíamos más que una canción. Teníamos muchas ganas, y vergüenza con esas edades, ninguna. Fue todo un reto. A mí me vienen a la memoria imágenes de la gente arropándonos, como ocurre siempre que ves a un crío tan pequeño actuando. Recuerdo que nos paramos en varios sitios a tocar, por ejemplo ante la puerta de la iglesia de San Juan, los tres, nosotras dos y el tambor, con pantalonico corto y camiseta. Éramos tan pequeñas que no había opción de traje ni nada. Salimos como alumnas del conservatorio Julián Romano, todavía no éramos gaiteros Iturrieta.
Anabel Duval. Éramos muy pequeñas y todo el mundo nos animaba. Yo estaba muy nerviosa, siempre me pongo muy nerviosa con el tema de la gaita. Recuerdo que la canción que tocamos era ‘Lantzale’, un pequeño pasacalles que repetíamos una y otra vez.
¿Habéis salido en todos los cohetes?
Mirentxu D. Los gaiteros Iturrieta no hemos faltado a ningún cohete. Solamente, en los embarazos, había quien nos cubría a una u otra hermana para llegar a todas las actuaciones.
Mujeres gaiteras, ¿os costó abriros camino?
Mirentxu D. Cuando empezamos ya había alguna gaitera en la escuela, no éramos las únicas, aunque sí las más pequeñas en aquel entonces. Pese a la edad y en los momentos complicados de la adolescencia, nosotras seguimos. No nos costó especialmente abrirnos camino, porque por ser pequeñas siempre hemos estado muy respaldadas. Hay sitios donde choca más ver a mujeres gaiteras, aunque cada vez menos, pero la verdad es que nosotras lo hemos vivido todo con normalidad.
¿Qué os gusta del instrumento y de la oportunidad de tocar?
Anabel D. El instrumento en Estella dice mucho de su identidad, es algo especial que tiene y que te engancha. Yo no podría imaginar unas fiestas sin la gaita y sin sus actuaciones; desde las dianas hasta la Era son momentos únicos. Para mí se ha convertido en un modo de vida y de sentir las fiestas.
Mirentxu D. Aparte de que guste el instrumento, me quedo con lo que aporta salir a tocar. Conoces mundo y te socializas con mucha gente. Todas las horas de ensayo quedan compensadas con salir a tocar, sobre todo el Baile de la Era. Es un reto para todo gaitero subir al quiosco y tocar mientras la gente baila. También salir a tocar con gigantes y ver las caras de los niños y no tan niños. Te preguntan, “¿cómo les haces bailar a los muñecos?”.
¿Cómo vivís las fiestas? ¿Llegáis a todo?
Mirentxu D. De manera muy intensa. Llego a todo gracias al apoyo de la familia. El marido, los padres, las hermanas, todos nos ayudan. Además, toquemos o no toquemos, hay que llegar a todo. También hay ratos que te relajas y te tumbas, porque no te sigue ya el cuerpo. Desde las 8 hasta las 2 de la noche estamos en la calle. Hay que ver la Era sí o sí.
Anabel D. Las vivimos como una semana especial e intensa. Cuando no tocamos estamos disfrutando con nuestras hijas. En mi caso, la tía Lode hace un papel importante porque mi marido baila los gigantes y coincidimos los dos en muchos actos.
Y este año, 25 aniversario, ¿van a ser unas fiestas especiales?
Anabel D. Viviremos y celebraremos las fiestas en familia y con el resto de integrantes de Iturrieta.
Mirentxu D. Este año en el cohete nos toca salir las primeras y encabezar. Nos coincide así, de la misma manera que tocaremos en la salida de los Gigantes del Hospital Viejo. Por lo demás, tocamos la Era el sábado, salimos en el cohete txiki, acompañamos a los gigantes otros días y actuaremos en el descanso de uno de los tres conciertos de la banda. También alguna diana.
Su banda sonora de las fiestas
Mirenchu Duval se queda con la Era, por la partitura y por el simbolismo de tocarla en fiestas, un privilegio al que aspiran todos los gaiteros en fiestas, según explica. Para su hermana, Anabel Duval, es el Viernes de Gigantes el momento más especial, así como la subida y la bajada del Puy ese día, cuando la música también cobra toda su importancia.