EULATE
Jesús Baquedano Aramendía, 76 años
Mª Pilar Murgui Ruiz, 74 años
Jesús Baquedano: “Antes nos casábamos y era para siempre”
Mª Pilar Murgui: “Lo que más nos gusta es el baile. Bailamos en todas las situaciones”
Jesús Baquedano Aramendía y Mª Pilar Murgui Ruiz tienen 76 y 74 años, respectivamente, y el 24 de agosto, cumplirán 50 de matrimonio. Vecinos de Eulate, tienen dos hijas y tres nietos y sus nacimientos son los hitos más importantes de su vida. Porque la vida está tejida con momentos tristes y con otros felices, se quedan con los felices, entre los que incluyen también sus viajes, sus excursiones, sus momentos en pareja y relax, quizá las claves de una buena y duradera convivencia.
“¿Nuestro secreto? Aguantarnos el uno al otro”, dice Jesús Baquedano. “Así toda la vida. Es una cuestión de paciencia”, añade su mujer. “Antes nos casábamos y era para siempre, hoy no. Ahora se casan y duran sólo unos años, o incluso meses”, añade Jesús Baquedano.
La pareja ha valorado siempre sus momentos de tranquilidad y de nuevos aires, para conocer gente y relacionarse más allá del pueblo. “Siempre lo hemos hecho, siempre nos hemos ido de viaje y al balneario. Ahora, en la jubilación, como no dependemos de nadie, nos vamos dos veces al año a Benidorm y una a Fitero”, dice la mujer.
Las fiestas han jugado un papel importante en sus vidas y, cuando eran jóvenes, bajaban todos los años a las de Estella, además de disfrutar intensamente las de Eulate. “De jóvenes mucho, y cuando las chicas eran pequeñas, también. Nos gustaban los toros, las vaquillas y los encierros en Estella. Almorzábamos y volvíamos a casa. Ahora, si bajamos, es un rato y se nos hace pesado”, cuenta Jesús Baquedano.
“Lo que más nos gustaba y nos gusta es el baile. Bailamos en todas las situaciones, agarrado y suelto, en Benidorm y en fiestas, lo que ocurre es que las fiestas de Eulate van a menos. Ya no es como antes, ya no traen música para bailar”, añade Mª Pilar Murgui. Con baile o sin él, este año marca otro hito en la vida del matrimonio que puede jactarse de haber alcanzado la cifra de 50 años juntos. Juntos y felices.
ESTELLA
Juan Solozabal García. 73 años
Begoña Caridad Basterra. 72 años
Juan Solozabal: “Nos hemos respetado y sincerado siempre”
Begoña Caridad: “Hemos sido felices desde la sencillez del día a día”
Sus vidas están marcadas por muchos momentos y lugares. Juan Solozabal García es riojano y Begoña Caridad Basterra, de Dicastillo. Se conocieron en Vitoria, donde ella servía y él trabajaba para Telefónica. Se casaron y se fueron a vivir a Barcelona, donde nacieron sus dos hijos. Hace cuarenta años, Solozabal pidió un traslado para una plaza de la empresa en Estella y la familia se asentó en la ciudad del Ega. Viven en el barrio de San Pedro, al que se dedican en cuerpo y corazón como voluntarios de la Asociación de Vecinos, de la Asociación de Voluntarios de la Iglesia de San Pedro y del coro parroquial. También son miembros del grupo de auroros de Estella.
El lunes de fiestas recibirán un homenaje por sus 50 años de matrimonio. “Para mí han sido unos años muy felices, con sus cosas y sus alegrías, pero muy bien”, describe Begoña Caridad, de 72 años. “Siempre nos hemos arreglado en la convivencia. Nos hemos respetado y sincerado siempre”, añade su marido, de 73.
La pareja explica que la confianza y la voluntad de compartirlo todo son parte del secreto del éxito. “Hemos sido felices desde la sencillez del día a día. Siempre hemos compartido lo poco que hemos tenido. Por otro lado, los hijos, el espíritu de familia, también ha ayudado a que sigamos juntos. Los hijos colaboran en la unión de la pareja y son muy agradecidos”, añade la mujer.
A estas claves, la pareja suma otra más, la importancia de los detalles, que ayudan a romper la rutina y a recordar a la otra persona que sigue siendo importante. “Hay que cuidar las pequeñas cosas, como los besos de llegada o de despedida”, confiesa Juan Solozabal.
El matrimonio considera que en la sociedad actual la vida de pareja ha cambiado mucho y llegar a los 50 años de casados no será para los matrimonios de hoy una cuestión habitual ni sencilla. “Los jóvenes hoy en día tienen muchas cosas hechas. Nosotros tuvimos que empezar desde cero, compartíamos una habitación con cocina al principio, pero siempre hemos sido felices. Hoy si no tiene una vivienda ya no se casan. Antes, dentro de los complicado, lo hacíamos todo mucho más sencillo”, recuerdan.
LORCA
Jaime Irigoyen Ataun. 83 años
Felicidad Unanua Martínez. 76 años
Jaime Irigoyen: “La gente joven no va a celebrar los 50, ahora se aguanta mucho menos”
Felicidad Unanua. “El secreto está en vivir el día a día con ilusión y con cariño”
Nacieron, se conocieron, se casaron y viven en Lorca. El matrimonio formado por Jaime Irigoyen Ataun y Felicidad Unanua Martínez, de 83 y 76 años, respectivamente, tiene dos hijos y una hija y siete nietos. “Nos conocíamos en el pueblo, de siempre, y te vas conociendo cada día un poco más. Nos veíamos a todas horas y nos hicimos novios. Dos años después nos casamos y así seguimos 50 años después”, cuenta Feli Unanua.
En la reconciliación después del desencuentro de la convivencia diaria reside el secreto. A ello se refiere Jaime Irigoyen. “La gente joven no va a llegar a celebrar los 50, ahora se aguanta mucho menos”, explica en contraposición con la tendencia de los tiempos actuales. “Pero el secreto está en vivir el día a día con ilusión y con cariño”, añade la mujer.
Jaime Irigoyen se ha dedicado toda la vida al campo como agricultor y su mujer atendía las labores del hogar y la crianza de los hijos. “De jóvenes hemos trabajado mucho, pero ahora nos toca disfrutar de la vida. Nos vamos de vacaciones cuando nos apetece. Procuramos viajar ahora que podemos y tenemos amigos por todas partes”, cuenta.
Las fiestas, sin embargo, han jugado un papel más importante en su vida en tiempos pasados, aunque la logística entonces, cuando no había coches como ahora, lo hacía más complicado. “Veníamos un rato a Estella y luego volvíamos en autobús. En cuanto a las fiestas de Lorca, es un pueblo pequeño, pero siempre ha habido muy buen ambiente”.
Cuando tenían 20 años, a Irigoyen lo que más le gustaba era correr las vaquillas en la plaza y a Feli Unanua, la Procesión y otros momenticos fuera de programa que genera la fiesta. Este año disfrutarán del homenaje en la plaza, aunque lamentan que las jotas se hayan trasladado a la tarde. “¿Qué vamos a hacer los de los pueblos? No creo que vayamos a quedarnos”, apunta la mujer.