El premio de Zúñiga es un premio colectivo puesto que los propios vecinos del municipio se han volcado en los trabajos en auzolan. A lo largo del año, han realizado varias actuaciones, presentadas al concurso. En concreto, explica el alcalde, Pedro Mª Oteiza, se ha pintado un mural en la pared del frontón, se han colocado barandillas, se ha instalado un parque infantil en las proximidades y se realizaron diferentes labores de limpieza y poda durante los meses de noviembre y diciembre.
La participación ha sido alta en cada una de las actividades, desde 50 personas en la realización del mural durante el mes de agosto hasta diez en la colocación de barandillas o 34 y 32 en dos convocatorias de limpiezas. “Estamos muy contentos y hay que felicitar a los vecinos, porque el premio es de ellos. El ayuntamiento puede proponer pero las cosas salen adelante por el esfuerzo de la gente”, añade Oteiza. La tradición de auzolanes en Zúñiga se ha revitalizado en los últimos tiempos. “Antes se hacían, pero eso era en los años 70. Estas son las primeras actuaciones colectivas que se hacen como ayuntamiento democrático. Y la gente ha respondido muy bien. En realidad el auzolan es una manera de sobrellevar la crisis y de evitar gastos”.
Dieciocho años
El trabajo continuado durante nada menos que dieciocho años ha dado el premio al matrimonio de Arellano formado por Pablo Arrastia y Laura Mauléon. La pareja adquirió el antiguo palacio Cabo de Armería de los Remírez de Arellano con la intención de ir restaurándolo poco a poco. Arrastia, cantero de profesión, da la rehabilitación prácticamente por terminada.
El edificio, con 200 metros cuadrados de planta y tres altura, acoge en una parte la vivienda de la familia. “Este premio es un reconocimiento a un esfuerzo muy grande durante muchos años. El edificio peligraba, estaba a punto de ser demolido y entonces lo compramos para ir arreglándolo en los ratos libres”, explica el propietario.
Edificio consolidado
Pablo Arrastia está unido al palacio por motivos sentimentales. Su padre trabajó para uno de los últimos propietarios en la granja anexa y él prácticamente vivió en el palacio cuando era pequeño. Desde que adquirió el inmueble el propietario ha realizado continuas reformas. “Primero hicimos el tejado, después dejamos el interior todo nuevo y terminamos con la fachada y con el patio de armas. Empecé con mucha ilusión, con mucho interés. Ahora podemos decir que está consolidado”, explica. En concreto, las actuaciones que presentó al concurso de este año han sido: la rehabilitación exterior del edificio, el acceso o entrada principal y la fachada y el patio de armas. “Todo lo hemos hecho sin ningún tipo de ayuda. Digamos que este premio es lo único que hemos recibido durante unos años de mucho gasto, pero sobre todo de muchas horas invertidas en el proyecto”, aseguraba Arrastia.
Según sus datos, el palacio Cabo de Armería se construyó en dos fases. La más antigua pertenece al siglo XV y la ampliación es del XVIII. El palacio perteneció al sobrino del rey Sancho Remírez, quien concedió los Fueros a Estella. Después pasó a la familia Remírez de Arellano, que en el siglo XVIII lo vendió y emigró a América. Desde entonces, diferentes familias lo han tenido en propiedad.
Título
Datos
12 participantes
En la modalidad Embellecimiento de Pueblos se presentó como único candidato Zúñiga. La participación ha sido mayor en la otra categoría, la de edificios particulares. En concreto, once propuestas competían entre sí.
2.400 euros
Para el premio modalidad Ayuntamientos; y 1.200 para el premio Modalidad Edificios de Propiedad Particular.