UN PASEO POR… Lácar

El nombre de la localidad está ligado a una batalla, la de Lácar, acaecida el 3 de febrero de 1875 entre el ejército Carlista y el Liberal del Norte y una de las más importantes de la segunda Guerra Carlista. En recuerdo a este episodio de la historia, Lácar acoge cada dos años (en tiempos de normalidad) la recreación de la batalla, considerada Fiestas de Interés Turístico por el Gobierno de Navarra.
El pequeño concejo muestra una imagen cuidada, de calles jalonadas por casas rehabilitadas, algunas con escudos, y fachadas floridas que hacen un conjunto atractivo. Curiosamente, el núcleo urbano se agrupa en torno a la ermita y no en torno a la parroquia, en el barrio de Eguiarte. Cerca de la ermita se encontraron enterramientos medievales, por lo que se supone que antiguamente el templo debió de ejercer como parroquia.
La plaza, escenario de la recreación de la Batalla, es punto neurálgico de la ciudad, desde donde se asciende a uno de los dos negocios que alberga el Concejo, la Bodega Asador Lezáun. Otra bodega, Tándem, ubicada al otro lado de la A-12, se levanta igualmente en término municipal de Lácar. En el término conviven también seis casas rurales: cuatro en el barrio de Eguiarte y dos en el núcleo urbano, una de ellas a punto de abrir sus puertas este verano. La actividad económica, tradicionalmente ligada a la agricultura de cereal y olivo, se completa hoy con la actividad artesana de dos productores de miel.
Lacar está dotado con sociedad, con una pista para futbito y un parque de columpios. A la entrada del pueblo, un pequeño museo al aire libre sobre la elaboración del aceite da la bienvenida a quien se acerque. En el exterior de lo que fue el trujal del pueblo se puede ver la maquinaria que permitía extraer el jugo a las aceitunas para elaborar el producto básico de la cocina mediterránea. Hoy se pueden ver, el molino, el serpentín, la batidora, la prensa, los carriles por donde iban las vagonetas y una vagoneta.
Los vecinos tienen la asistencia de vendedores ambulantes que les sirven con productos de ultramarinos, congelados y pan. La atención sanitaria les corresponde en Villatuerta y los vecinos disponen de taxi para acercarse los jueves al mercado de Estella.
El presidente del Concejo, Fernando Goñi, explica que su equipo tiene la intención de colocar unos paneles que informen al visitante. Asimismo, el trujal, un inmueble actualmente sin uso, se espera pueda convertirse en un espacio para el disfrute de los más pequeños del pueblo, a modo de ludoteca, de utilidad sobre todo durante los meses más fríos del año. En los últimos tiempos, la localidad ha adecentado la ermita: se ha limpiado la piedra, se ha puesto un canalón y se ha añadido un porche en la entrada para proteger el pórtico.
No obstante, dos son especialmente las cuestiones que preocupan al presidente de Concejo: la velocidad con la que los vehículos atraviesan el pueblo y la mala conectividad.